Campaña contra el alcoholismo juvenil

La reciente campaña publicitaria lanzada en Madrid contra el alcoholismo juvenil tiene, a mi entender, varios defectos que la invalidan los anuncios tienen un alto contenido humorístico, factor que, a pesar de la advertencia final de "no tiene gracia", no deja de provocar la sonrisa y de hacer ver lo de tomar una copa detrás de otra como algo divertido y normal. El resultado de este enfoque es, como ya digo, la risa en los jóvenes destinatarios de la campaña, y la preocupación entre los mayores.Esta serie de anuncios refleja las consecuencias más leves de una borrachera: ver doble, descontrol en los movimientos, capacidad oratoria escasa, etcétera. Todas ellas no reflejan la gravedad de beber sin control, que no sólo tiene repercusiones en el presente, sino más bien en un futuro en el que las enfermedades hepáticas van a ser lo más común. ¿Por que no se han empleado imágenes reales de críos de 14 años a las nueve de la noche, cuando termina el turno de tarde?, ¿por qué no se han ido a un hospital, a comentar los comas etílicos o los accidentes provocados por las copas?; no pido una campaña basada en el miedo, pero sí una imagen real, que avergüence a los jóvenes al verla por sentirse reflejados.

Por otra parte, y al margen de la propia campaña, ¿de qué sirven estos anuncios, si antes y después de su emisión se han pasado atractivos anuncios de bebidas alcohólicas que presentan una realidad idílica, con chicos y chicas perfectos, guapos y felices gracias al alcohol? ¿De qué sirve entonces cualquier campaña?, ¿no falla algo por ahí?-