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Pólemica en Italia por los fraudes en los 'reality shows' televisivos

Personas que fingen locura de amor por ganar un viaje, parejas que se insultan ante la cámara por salir en televisión, actores que simulan un pleito, mitómanos que confiesan un crimen que no cometieron...Éstos y otros casos aireados estos días por la prensa italiana han puesto en el banquillo los reality shows, a los que muchos prefieren llamar ya "la televisión de la falsedad". ¿Realidad o ficción? Según parece, hay un poco de todo en aras del espectáculo y de los casi 10 millones de telespectadores que siguen algunos de estos programas.

El escándalo estalló a raíz de la probada falsedad de dos historias incluidas recientemente en Stranamore (el equivalente a Lo que necesitas es amor), un espacio de esta nueva televisión de los sentimientos que presenta el periodista Alberto Castagna en Canale 5. Christian, un joven milanés, confesó a la prensa que se había declarado perdidamente enamorado de una tal Antonella para obtener la recompensa: un viaje con que se premia a los participantes del programa.

Otra de las historias previstas para el pasado domingo en Stranamore tuvo que ser cancelada. Un joven de Trento presuntamente se había distanciado de su amada por su desmedido amor por su canoa, y en aras de la reconciliación había enviado a Castagna una casete en la que había grabado, como prueba de amor, la quema de su querida canoa.

Pero el diario Alto Adige publicaba el lunes 6 la sospecha de que la historia fuera falsa, aportando las declaraciones de amigos de la presunta pareja. Al día siguiente, el equipo de Stranamore, un espacio que ha llegado a tener 10 millones de seguidores, admitía haber sido engañado, a pesar de que el equipo había aumentado los controles de verificación de sus historias.

Confesiones de 'mercenarios'

Otros programas están también en el banquillo. Que algunas de las historias son reconstruidas e algo que reconoce Rita Dalla Chiesa, que presenta Forun (nuestro Veredicto). La prensa reproduce estos días las confesiones de los mercenarios (un millón de liras de gratificación y todos los gastos pagados), que sostienen que "son todas historia inventadas".Otro caso aireado reciente mente tiene tintes más siniestros Ciro, un chico de 16 años relacionado con la Mafia de la droga, confesó a la cadena publica RAI-3 que había matado a una pareja en Nápoles.

El realizador del documental en el que aparecía (con la cara desenfocada para evitar su reconocimiento), Nico di Biasae, se había ganado su confianza y había conseguido la primicia. Pero en Nápoles, los carabineros aseguran que no tienen noticia de tal crimen y que se trata de un invención.

Alguien miente. O acaso estemos ante la nueva ficción televisiva del siglo XXI.

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