Dos lesbianas británicas, obligadas a denunciar al padre de su bebé
El dilema es grave. Para la joven pareja de lesbianas de Manchester, a las que el juez acaba de reconocer la semana pasada plenos derechos de paternidad sobre su bebé de 22 meses, no parece haber salida. 0 denunciar el nombre del amigo que se prestó a ceder su esperma a la más joven de las dos mujeres, o verse privadas de las 180 libras semanales (unas 36.000 pesetas) que el Estado les otorga debido a su situación de madres solteras en paro.
La actual legislación británica, y en concreto, la controvertida Agencia de Apoyo a la Infancia (Child Supiport Agency), que acaba de cumplir un año, ha declarado una guerra sin cuartel a todos los padres biológicos, cuyos hijos viven de los fondos sociales. Sólo los donantes que se dirigen a un banco de esperma están libres de la persecución de un organismo que se ha convertido en una pesadilla para buena parte de los británicos.La agencia, puesta en marcha siguiendo el modelo de las existentes en Nueva Zelanda y en Australia, por el ministro de Seguridad Social, Peter Lilley, pretendía recortar de la manera más drástica la impresionante factura que representa para el Estado británico el capítulo de los padres (especialmente madres) solteros, nada más y nada menos que 1,2 billones de pesetas al año. Sin embargo, y pese a haber causado más de un suicidio entre los padres obligados a pagar manu militafl los costes de mantenimiento de bebés cuya existencia a veces ignoraban, la búsqueda de identidades no había llegado hasta los niveles de indagación detectivesca como los que representa el caso de la pareja lesbiana a la que los jueces acaban de otorgar la patria potestad compartida de su hijo.
El ciudadano X, hermano de un amigo de las dos mujeres, no podía imaginarse la amenaza que pesaba sobre su altruista decisión de prestarse a engendrar un bebé para llevar la felicidad a la pareja. Las dos mujeres, la madre biológica, de 25 años, con dos hijos de 6 y 8 años de edad respectivamente, procedentes de otra relación heterosexual, y la "madre" teórica, llevaban apenas seis semanas viviendo juntas cuando decidieron tener un hijo, que sellara su amor.
El amigo anónimo
Su caso, el primero en el que los tribunales han aceptado concederles a ambas la patria potestad sobre el bebé, no es, sin embargo único en el Reino Unido. Muchas parejas lesbianas han tomado la decisión de tener hijos valiéndose del mismo procedimiento. Un amigo, a veces homosexual, que se presta a ser el padre biológico a cambio del más absoluto anonimato y de rechazar cualquier responsabilidad sobre la criatura.Lo último que las dos mujeres de Manchester podían temer era que la publicidad otorgada a su caso, resultaría nefasta para el padre biológico del bebé. Funcionarios de la CSA, siempre vigilantes, se han puesto sobre la pista del joven. Y todo induce a pensar que darán con él. El clamor popular es tan intenso que los propios conservadores han reconocido su error. La agencia ha ido demasiado lejos y demasiado deprisa, reconocen algunas fuentes anónimas del Gobierno.
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