El calor retrasa a los jugadores del primer torneo de deportes tradicionales
Braojos, La Puebla y Manzanares muestran sus juegos
Los organizadores del primer torneo de deportes tradicionales, que se celebró el sábado en Manzanares el Real, querían dedicar el día a mostrar y enseñar juegos con raigambre, como la calva, el tiro con barra, los bolos, la petanca o la rana. Pero el calor ahuyentó al personal. Sólo cuando el sol descendió aparecieron jugadores de localidades serranas como Braojos, La Puebla o La Serna para mostrar sus habilidades. Los juegos tradicionales sólo se practican ya en las fiestas de los pueblos.
Los visitantes esperaron a que llegara el atardecer para acercarse a las III Jornadas de la Sierra madrileña. Las altas temperaturas del fin de semana dejaron desierta durante las horas diurnas la feria, que se celebró junto al castillo de Manzanares el Real (2.587 habitantes).El primer torneo de juegos y deportes tradicionales también tuvo que esperar a las horas vespertinas. El juego de la calva, el tiro con barra (similar al lanzamiento de jabalina), los bolos, la petanca y la rana resucitaron por unos días de la mano de algunos practicantes procedentes de localidades serranas como Braojos, La Puebla, La Serna o del mismo Manzanares.
Cándido Asenjo, de 59 años, vecino de Braojos y uno de los mejores jugadores de calva de la sierra, aprovechó las jornadas para lucirse y recordar antiguas andanzas. "Cuando yo era chico, se jugaba todos los domingos después de misa y el que perdía pagaba el porrón de vino", señala.
La calva es un trozo de madera con forma de codo que hay que derribar con un cilindro de piedra, hierro u hormigón lanzado desde 15 metros de distancia. Al inicio de la partida la calva se pone en posición de burro, apoyadas las dos patas en el suelo. En tiradas sucesivas, el hincador o calvero (que actúa también de árbitro) coloca la calva recostada sobre uno de sus lados. Antiguamente lo jugaban los hombres y sólo un día al año eran las mujeres las jugadoras. Otro juego perdido es el del chito o galiche, que se jugaba con unos céntimos colocados debajo de una bala que había que derribar de una pedrada. El ganador se llevaba los reales.
En la actualidad, estos juegos sólo se practican durante las fiestas de los pueblos, aunque algunas asociaciones, como Santuil de Braojos, intentan mantenerlos vivos. El próximo campeonato de cala se celebrará allí el 20 de agosto.
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