Granadas de mortero matan a 16 personas en el mercado de la capital de Ruanda

Las fuerzas rebeldes tutsis lanzaron ayer granadas de mortero sobre el mercado de Kigali, la capital de Ruanda, y mataron a 16 personas, según testigos presenciales. Las granadas cayeron a primeras horas de la mañana, cuando el mercado, situado en zona controlada por las tropas gubernamentales, estaba lleno de gente. La Cruz Roja informó de 21 heridos en el mismo ataque. El jueves, cuatro personas murieron cerca del mismo mercado a causa de otro ataque rebelde con granadas de mortero.Fuera de la capital, las tropas francesas de la Operación Turquesa comenzaron ayer a desplegarse en los alrededores de Kibuye, en las orillas del lago Kivu, adonde se trasladaron desde la base de Goma, en Zaire. Estas fuerzas están dotadas de morteros pesados y blindados ligeros, y han relevado a los comandos que desde el jueves estaban protegiendo a unos 800 refugiados tutsis en Gyshiyta, cuyas vidas corrían peligro bajo la amenaza directa de los hutus.

Un portavoz militar dijo también que las fuerzas francesas han llegado a Gikongoro, desde donde avanzarán hacia Butare con el objetivo de proteger a la población frente a los rebeldes. La Operación Turquesa fue, lanzada el pasado 23 de junio, con la intención de acabar con la sangrienta guerra civil ruandesa, que se ha cobrado hasta ahora unas 500.000 vidas.

Los rebeldes del Frente Patriótico de Ruanda (FPR) han amenazado con hacer frente a todo intento de las tropas francesas de intervenir en la guerra ruandesa. Francia ha insistido en su papel neutral, pero el FPR insiste en que los franceses quieren detener su avance militar y forzarles a llegar a un acuerdo político desventajoso para ellos con el Gobierno ruandés.

Mientras, el secretario general de las Naciones Unidas, Butros Butros-Gali, hizo el viernes un llamamiento a los rebeldes para que detengan sus operaciones militares cerca de la frontera de Burundi. Un portavoz del FPR acusó a Butros-Gali de ponerse del lado francés.

Butros-Gali indicó en su declaración que le preocupa especialmente el hecho de que el avance de las fuerzas del FPR puedan provocar un éxodo masivo de la población civil ruandesa hacia los países vecinos, como en el caso de Burundi, creando así peligrosas situaciones de desestabilización.

En Bruselas, Médicos Sin Fronteras informó de que los rebeldes tutsis han forzado el éxodo de más de 100.000 personas en los últimos cinco días.