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148 millones de rusos participan en el desguace de la economía estatal soviética

Pilar Bonet

El programa de privatización de Rusia, el más ambicioso de la historia, concluyó ayer su primera etapa, durante la cual 148 millones de personas tuvieron la oportunidad de participar en el desguace de la economía estatal soviética mediante los cheques de privatización, cuya vida expiraba ayer con algunas excepciones. Según los datos oficiales, durante un año y medio y hasta el 25 de junio, un total de 139 millones de personas utilizaron el cheque que habían recibido en su calidad de ciudadanos rusos.Unos lo vendieron, otros lo invirtieron en la compra de acciones de las empresas salidas a subasta y un tercer contingente lo depositó en alguno de los muchos fondos de futuro incierto, que han proliferado como hongos, ofreciendo porcentajes fabulosos por sus acciones.

Los cheques de privatización, cuyo valor nominal es de 10.000 rublos (unos cinco dólares), se vendían ayer en Moscú a un precio que oscilaba entre los 20.000 y los 30.000 rublos, ya que hasta la medianoche de ayer podían ser invertidos en la última tanda de empresas que se privatizan a base de cheques.

En los últimos lotes de empresas salidos a subasta están las compañías más apetecibles, entre ellas las del sector energético, la compañía Gasprom, que gestiona la extracción y comercialización del gas ruso, y el combinado de Niquel de Norilsk, uno de los gigantes de la industria rusa, cuya plantilla se opone a la participación de extraños en la privatización de la empresa.

La red eléctrica de Rusia, la RAO EES, la mayor del mundo, ha sido convertida en una sociedad de accionistas, donde un porcentaje del 20% de las acciones han sido subastadas con cheques.

Los especialistas y los políticos rusos están divididos en la valoración del éxito de la campaña que ha afectado a un 70% de las empresas de Rusia y ha contribuido a crear un mercado de valores.

Un total de 20.000 empresas grandes y medianas se han privatizado en un conjunto de 28.000 compañías sometidas a privatización, de las cuales 12.000 vendieron la mayoría de sus acciones en subastas de cheques y tienen una participación estatal de menos del 25%. En total hay más de 40 millones de rusos que son propietarios de acciones de empresas privatizadas.

El Gobierno ruso examinó ayer la segunda fase del programa de privatización, a base de inversiones de capital, y hoy presentará al Presidente y al Parlamento este documento, que contempla restricciones a la compra privilegiada de acciones por parte de los trabajadores de las empresas.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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