Gardel estaba vivo
El Pelusa siguió su sino y pasó de la euforia al llanto
Cuando la selección argentina de fútbol debutó en el Mundial goleando 4-0 a la de Grecia y Maradona convirtió el tercer gol tras una jugada espectacular en la que participaron otros tres compañeros de su equipo, el relator uruguayo Víctor Hugo Morales, el más popular y el de mayor audiencia entre todos los que retransmiten los partidos por radio, gritaba como alucinado: "¡Gardel está vivo, Gardel está vivo, Gardel está vivo!". Ayer, desde Buenos Aires le pedían por favor si podía levantar un poco más la voz para que fueran audibles sus comentarios. En realidad. nadie sabía qué decir. Todos preferían dejarlo para después, con la esperanza de que se tratara de una cantidad mínima de droga y la sanción fuera leve.En Buenos Aires, los conductores de los programas de la mañana de radio y televisión con sultaban a cuanto médico conocido encontraran disponible y la suma de explicaciones terminaba por confundir aún más a los oyentes. El doctor Luis Pintos, un deportólogo experto, ex médico de las plantillas del Racing y del Boca, fue el más sencillo y claro: Ia efedrina es una droga prohibida y todos lo saben, también los jugadores. El médico de la selección seguramente no tiene nada que ver con ésto, tampoco el entrenador. Como es muy común, aquí fue alguien cercano, uno de esos supuestos amigos de los jugadores, quien le ha ofrecido algo para tomar. Es un error pensar que se trata de un descongestivo que el médico olvidó de informar antes del partido. No hay nada que informar. La regla es muy clara: hay una lista de drogas prohibidas que no se pueden suministrar y se acabó. Si un jugador tiene una congestión seria, no se lo debe incluir en el equipo".
Maradona, según círculos cercanos a la selección argentina, pasó la noche del miércoles llorando, inconsolable, tras una reunión de casi cuatro horas con sus compañeros de equipo. El jugador, en principio, regresará hoy a Buenos Aires, junto a sus próximos, incluido el supuesto responsable, el preparador físico Daniel Cerrini.
De nuevo hace falta buscar una excusa para Maradona. Y esta vez se llama Cerrini, un fisioculturísta que se vinculó al jugador cuando regresó de Sevilla y le recomendó, entre otras cosas, un tratamiento para adelgazar. Fue entonces cuando Maradona viajó a Montevideo para internarse en una clínica dirigida por un experto chino. De allí salió en diez días con 12 kilos menos y poco tiempo después reaparecía en el Newell's, club donde trabajaba como preparador físico precisamente Cerrini. Pero el paso de Maradona por el Newell's fue un fracaso. Parecía recuperado para la selección, pero ha vuelto a caer. Es su sino.
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