Los socialistas japoneses negocian su incorporación al Gobierno

La coalición gubernamental del primer ministro dimisionario, Tsutomu Hata, y los socialistas japoneses, liderados por Tomiichi Murayama, llegaron ayer a un principio de acuerdo para que estos últimos participen de nuevo en el Gobierno, con lo que el próximo primer ministro, todavía por nombrar, contaría con una mayoría parlamentaria.Aunque hoy continuarán las negociaciones para establecer las reglas de juego, el acuerdo alcanzado parece satisfacer a las bases socialistas, que han visto con malos ojos los devaneos de los últimos días entre Murayama y sus antagonistas políticos más enconados en los últimos 38 años, el Partido Liberal Democrático (PLD).

Según algunos comentaristas políticos, a la espera de que se definan los acuerdos de la nueva plataforma política, las diferencias entre los socialistas y los otros socios gubernamentales no serán fáciles de soslayar en la práctica. Los analistas destacan diferencias en política exterior y un incremento del IVA, al que los socialistas se oponen rotundamente.

Los socialistas abandonaron bruscamente la coalición hace dos meses, poco antes de que Hata encabezara el Gobierno de minoría, y acusaron al partido Shinseito y al Komeito, las dos columnas de la coalición gubernamental, de formar un grupo parlamentario independiente con el propósito de aislar a los socialistas en las decisiones importantes.

Algunos medios de comunicación acusan o alaban, dependiendo de sus inclinaciones editoriales, a Ichiro Ozawa, del Shinseito, de hacer y deshacer a su antojo las alianzas en el seno de los ocho partidos que el pasado agosto desbancaron del poder al PLD.

Para los que afirman que Ozawa es el gran padrino de los recientes vaivenes en la política japonesa, la apuesta le puede haber salido redonda. La dimisión de Hata sólo fue un mero cebo para atraer de nuevo a los socialistas al Gabinete y poder gobernar en mayoría. Ozawa siempre habría estado convencido de que la alianza liberal-socialista era inalcanzable.