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Encendidas las alarmas holandesas

Marruecos se juega su última opción para clasificarse

Holanda y Marruecos se enfrentan en Orlando con el propósito de enmienda de sus últimos partidos, en los que cayeron derrotados ante los belgas y los saudíes, respectivamente. Marruecos necesita ganar si quiere mantener sus posibilidades de clasificarse para los octavos de final, mientras los holandeses puntuando se asegurarían el pase a la siguiente ronda después de que debutasen en el torneo con una mínima victoria ante Arabia.Holanda tropezó con el portero Michel Preud'homme en su derrota ante Bélgica, mientras Marruecos, en sus dos encuentros ante belgas y saudíes, no ha sabido definir sus jugadas y ha acabado siendo traicionado por los errores de su portero, Azmi.

Los problemas holandeses han aflorado con la derrota ante la vecina Bélgica, que ha disparado las alarmas ante la posibilidad de una nueva derrota que podría significar la eliminación. Al mismo tiempo ha despertado las durmientes tensiones que siempre existen en el subsuelo del vestuario holandés.

Dick Advocaat ha optado por un esquema muy ofensivo que ha producido dos partidos espectaculares, pero ningún amago de goleada. Bergkamp, actuando en una posición retrasada en el centro del campo, ha empezado a brillar, pero Holanda vuelve a sufrir las dificultades rematadoras que han marcado su pasado desde la lesión de Marco van Basten. Ronald de Boer no ha respondido a las expectativas y los extremos tampoco han brillado al nivel esperado. Marc Overmars perdió su puesto ante Gaston Taument, pero, cuando volvió como suplente frente a Bélgica, tuvo una actuación mucho mas dinámica. Brian Roy sigue sin convencer.

Además, los veteranos, en otros sectores, están siendo cuestionados. Frank Rijkaard, en la franja derecha del centro del campo, hace un juego de botas semicolgadas, y Ronald Koeman parece inseguro en una defensa donde Stan Valckx ha sustituido a Urich van Gobbel sin solucionar los problemas sufridos por un trío donde los zurdos brillan por su ausencia. Tiene suficiente potencia como para seguir optando al podio, pero los nervios y la inseguridad se reflejan en el alud de tarjetas amarillas -siete en dos partidos- y la imperiosa necesidad de una holgada victoria sobre una selección marroquí que se deshinchó de una forma alarmante a raíz del error del portero Azmi, que regaló el segundo gol a los saudíes. Sólo ofreció destellos de calidad a través del centrocampista zurdo Daoudi o el delantero Chaouch y los recortes por la banda izquierda de Bahja.

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