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Tribuna
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El bombero con alma de incendiario

Este hombre nos devuelve al fútbol del parque, donde no hay puntas, mediapuntas, canalizadores ni carrileros. Sólo hay portero, delantero y portero-delantero.Este hombre es portero-delantero. Según Menotti, es el portero del siglo XXI. A mí no me parece tanto, pero es que el gusto en Europa con los porteros es distinto del de Suramérica, donde se juega más por abajo, más pausadamente, y donde no existe la profusión de centros altos que se ve en Europa, ni el fútbol de aquellas regiones produce y promueve los cabeceadores que se ven por aquí. Campos pertenece a la escuela de allí (México es Suramérica, futbolísticamente hablando), es un paso más en la línea de Higuita, que a su vez era un paso más en la línea de Gatti, que a su vez...

Una escuela que valora la colocación, la anticipación a la jugada, la intervención cómplice en el juego, más que la volada del especialista ajeno a la forma de sentir el fútbol de los demás. Una escuela que deja un déficit de formación en sus alumnos: las salidas a cortar centros cruzados por alto. Un déficit que a Jorge Campos se le nota mucho.

Pero hay que saludar con alegría su estilo original, su vivísima indumentaria (colores de surfista, su otra afición) y con respeto su condición de futbolista integral. Nacido en Acapulco (15-10-66) en una familia acomodada, allí se hizo surfista y futbolista. Siempre le gustó tanto jugar arriba como en la meta. Cuando fichó por los Pumas estaba de entrenador con ellos Miguel Mejía Barón, ahora seleccionador nacional. Vio que le iba a costar trabajo hacerse con el puesto de portero y se ofreció para dirigir el ataque. En la temporada 89-90 fue máximo goleador, con 24 goles, y eso que en ocasiones jugaba los segundos tiempos como portero. Al final se fue definiendo por este puesto, aunque no exactamente por gusto personal, y como portero de la selección mexicana es como ha alcanzado celebridad mundial.

Pero aunque haya roto definitivamente en bombero, mantiene viva su alma de incendiario. Con la selección, contra Paraguay, consiguió jugar un tiempo de delantero centro y otro de portero. En el Mundial le han advertido que podría cambiar su jersey multicolor por la camiseta verde y sumarse a la delantera, pero que el portero que entrara en su puesto sería considerado como un cambio más, no el tercer cambio permitido para el puesto de portero, licencia ésta sólo aplicable en caso de lesión o expulsión del meta titular. Lástima.

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