Irlanda y Noruega, sólo por el aire
Noruega, el verdugo de Inglaterra y Polonia en la fase clasificatoria, quedó mansamente eliminado, víctima del segundo empate sin goles del torneo. Hizo una mínima contribución a un encuentro de pobre calidad y, aun en los momentos finales, dio la sensación de haber acudido al estadio con las maletas hechas y cerradas. Irlanda, pese a la sanción que dejó a Jack Charlton en la tribuna, pasa a la segunda ronda por segunda vez consecutiva al terminar segundo el grupo y condenar a Italia al tercer puesto.Los astrólogos futbolísticos, pronosticando masivos. lanzamientos hacia Marte, Plutón y Júpiter, habían nombrado el encuentro entre irlandeses y noruegos como la guerra de las galaxias. Y así fue.
Pero, de repente, los dos equipos parecieron decidir el reparto de papeles. Irlanda, con patentes ansias de victoria, empezó a jugar al fútbol. En cuanto a Noruega, no es que no jugara. Peor, dio sensación de no saber hacerlo.
Los irlandeses aprovecharon la ocasión para, por una vez, aparentar ser unos genios del fútbol. Triangularon en todo el campo y mezclaron pases largos y cortos.
El guión de los noruegos, en cambio, era la resistencia numantina sin más. Mientras sus centrocampistas hacían un terrible derroche de energías en tareas de busca sin captura, la línea de cuatro defensas permanecía inmóvil.
Los noruegos, conscientes que en Washington los mexicanos mantenían un empate que les eliminaba, no tuvieron otra opción que la de adelantar sus líneas. Su fútbol, sin embargo, no tenía remedio.
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