Salinas presiona a Carpizo para que siga como titular de Gobernación de México

El presidente de México, Carlos Salinas de Gortari, trata denodadamente de convencer al secretario de Gobernación, Jorge Carpizo, de que retire su dimisión, presentada el viernes. Carpizo, jurista independiente volcado en la reforma del sistema electoral, decidió apartarse de la vida política ante las presiones de ciertos sectores políticos que no definió, pero que algunos analistas sitúan en el gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI). A dos meses de las elecciones más reñidas de la historia de México, Salinas puede perder al único hombre capaz de dar credibilidad a los comicios de agosto.

Nada más hacerse pública la carta de renuncia, Salinas de Gortari rechazó la dimisión y convocó al titular de Gobernación al palacio presidencial. Allí conversaron durante tres horas. Un escueto comunicado oficial indicó que los contactos se mantendrían durante el fin de semana.Era la segunda vez que se reunían en menos de 24 horas. En la noche del jueves, Carpizo ya había hablado con el presidente. Para Salinas, que en enero confió a este prestigioso jurista todo el aparato electoral para lograr un proceso limpio, la dimisión de Carpizo es un golpe duro, no sólo por la pérdida de credibilidad, sino porque el titular de Gobernación se había convertido en el nexo entre todos los partidos políticos en plena crisis del sistema mexicano.

Un día después de su renuncia, el país se encuentra sumido en las especulaciones sobre los motivos exactos de la dimisión, que Carpizo apunta vagamente cuando afirma que estaba perdiendo su "imparcialidad respecto a un partido" por los desacuerdos con las actuaciones de ciertos sectores de ese grupo.

Tanto el PRI como el opositor Partido de la Revolución Democrática (PRD) se señalan con dedo acusador. Ernesto Zedillo, candidato presidencial del PRI dijo ayer que "los enemigos de la democracia están entre quienes pretenden construir consensos y luego los descalifican", en clara referencia al doble lenguaje que, según fuentes de Gobernación, emplea el PRD en las reuniones con partidos y autoridades electorales y sus manifestaciones públicas. Cuauhtémoc Cárdenas, del PRD, consideró la dimisión de Carpizo como muestra inequívoca de las presiones de los sectores del PRI más reacios a la limpieza electoral. De la lectura de la carta de Carpizo se desprenden alusiones a ambos grupos. Fuentes cercanas al PRI y varios analistas han señalado las trabas puestas a Carpizo en su proceso de reforma electoral por el sector duro del partido oficial y por el propio Zedillo, cada vez más inquietos con los ajustados resultados de las encuestas.