Bielorrusia decide sobre el dilema de sus relaciones con Moscú

ENVIADO ESPECIAL Partidarios de la unión con Rusia y nacionalistas prooccidentales se enfrentan hoy en las primeras elecciones presidenciales de Bielorrusia, en las que compiten seis candidatos. Aquéllos consideran que el país sólo puede salir de la profunda crisis económica en que está si estrecha relaciones con su . vecino oriental. Éstos opinan que Bielorrusia debe mirar hacia Occidente y buscar sus aliados en los países bálticos.

Los extremos están personificados por Viacheslav Kébich y Zianón Pazniak, respectivamente. Kébich, actual primer ministro, es el favorito y nadie duda que pasará a la segunda vuelta. El jefe del Gobierno, por su mismo cargo, ha jugado con gran ventaja sobre sus adversarios durante la campaña electoral y tiene en su haber una gran victoria: la firma de la unión monetaria con Moscú, que, en opinión del hombre de la calle, permitirá a Bielorrusia salir de la crisis. Su principal consigna es restablecer la unión con Rusia, pero conservando la soberanía nacional.

Zianón Pazniak, líder del Frente Popular, representa el nacionalismo. Para subrayarlo, Pazniak habla sólo en bielorruso, incluso cuando los telespectadores o radioescuchas le preguntan en ruso. Los otros candidatos, por lo general, usan el ruso debido al alto porcentaje de la población que habla principalmente esta lengua. Pazniak considera que Bielorrusia puede salir a flote económicamente si moderniza sus plantas refinadoras de petróleo, y si cobra a Rusia un alquiler por las instalaciones militares y un impuesto por el tránsito de los productos que el Kremlin exporta a través del territorio bielorruso.

Para Pazniak, el Kremlin es la fuente de las desgracias de Bielorrusia. "No debemos olvidar que como resultado de la política comunista rusa nuestro país perdió la tercera parte de sus territorios históricos, poblados por bielorrusos. Nos referimos a Vilna [actual capital de Lituania], a las ciudades de Belostok, Smolensko, Briansk, Nevel, Sebezh, Novosibkov, Dorogobuzh y a las tierras del Oriente hasta el río Viazma", dice Pazniak. Sin embargo, el Gobierno ruso puede estar tranquilo, pues Pazniak no tiene posibilidades de ganar.

El otro occidentalista es Stanislav Shuskévich, que hasta enero fue jefe del Parlamento. Partidario de las reformas económicas y defensor de la neutralidad militar de Bielorrusia, algo que molestaba a Moscú, Shuskévich perdió la oportunidad de presionar por la introducción del sistema presidencialista cuando tenía posibilidades de ganar unas elecciones. Ahora, según los observadores, hasta es dudoso que pase a la segunda ronda.

Comunistas y agrarios

Ninguna posibilidad tienen Vasili Nóvikov, líder de los comunistas, y Alexandr Dubkó, candidato del, Partido Agrario. Nadie duda de que ambos pedirán a sus partidarios que voten por Kébich en la segunda vuelta. Incluso ya ha habido conversaciones entre los comunistas y el equipo de Kébich, y éste ha prometido algunos ministerios a sus ex correligionarios.El principal adversario de Kébich es Alexandr Lukashenko, que cumple 40 años en agosto. Diputado al Parlamento, este ex director de sovjós (hacienda agrícola estatal) saltó a la fama el año pasado cuando presidió una comisión investigadora anticorrupción. Desde entonces su nombre ha estado vinculado a diferentes escándalos. Lukashenko ha acusado a los gobernantes de Bielorrusia de corruptos y ha insinuado que el Gobierno organizó el presunto atentado que asegura haber sufrido el jueves pasado cerca de Liozno.

En la capital bielorrusa apenas hay muestras de que se celebran las primeras elecciones presidenciales. Casi no se ven pancartas y sólo en algún escaparate figura el retrato del primer ministro.