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MUNDIAL 94

EE UU y Suiza empataron a balón parado

Ramon Besa

El debú del anfitrión quedó reservado para la hora del desayuno por necesidades, al parecer, del guión de la ABC, que no quería relegar al Open de Golf por culpa del Mundial. El partido fue muchas veces indigesto. Pesado. Costará que EE UU se enganche al fútbol de esta forma. No ha visto, de momento, nada que valga demasiado la pena. No tiene todavía un punto de referencia y su- equipo empató con un intruso como es Suiza. Las tablas suelen ser un mal resultado cuando quiere hacerse propaganda del juego.Bora Milutinovic, un trotamundos del fútbol, destapó tras mucho misterio un equipo muy puesto en la cancha. Eso sí. La consigna no parecía otra que la de no dar un paso sin haber decidido antes adónde ir. El grupo andó replegado, con aperturas para la carrera de Stewart, y alguna que otra buena caída por banda. Muy atrincherado en su campo que no en su área, EE UU cedió la iniciativa a los suizos. Quería husmear por donde respiraba la grada y el Mundial. No tuvo, sin embargo, el espartano colectivo del británico Hodgson otro camino clarividente para inquietar a Meola que la zurda de Sutter.

El juego de estrategia de los locales se evidenció en las acciones de los dos goles. Estuvo Meola ingenuo en el tanto que encajó y resultó magistral el toque de Wynalda en el empate. Dos jugadas a balón parado para un partido sin ritmo. La igualada fue, en cualquier caso, un alivio para los estadounidenses. Restablecida la igualdad, la hinchada recuperó el ánimo justo antes del descanso.

Volvió Suiza a tomar en mando en la reanudación mientras EE UU se encerraba en un fútbol de ayudas. Estuvo el partido un rato muy parado hasta que con el disminuir de las fuerzas se rompió en acciones a la carrera. El gol asomó en una y otra portería. Los cambios de Hodgson permitieron al equipo tomar aire y Ohrel desperdició un gol con la misma mala pata que antes lo hizo Dooley. Murió así el partido entre sustos. Hubo demasiado músculo y poco talento. Mucho físico. Poco motivador para un espectador norteamericano.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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