24 selecciones en máxima alerta
Los técnicos viven en un mar de dudas a un solo día del comienzo del torneo y se quejan del calor
Los técnicos atan cabos. El italiano Sacchi cuida el acompañamiento que merece Baggio. Brasil escucha la decisión de Parreira: el central Ricardo Gomes será sustituido por Marcio Santos. Clemente se siente incapaz de identificar a los coreanos. Los bolivianos se congratulan de su gran resistencia física. Todos ocultan sus dudas y tratan de sobrellevar la presión de los medios informativos. Sólo el primitivo seleccionador alemán, Berti Vogts, es rotundo: "Estamos al 100%". Los especialistas no han arriesgado en sus pronósticos. Brasil, Alemania, Argentina e Italia comparten las principales apuestas. El protocolo está cerrado: Bill Clinton y Helmut Kohl se saludarán en el Soldier Field de Chicago, sede del partido inaugural. Es la rutina previa a todo Mundial.
Los comentarios aluden a pequeños detalles de última hora. Algunos entrenadores dan rienda suelta a la tensión quejándose del fuerte calor reinante. Si los jugadores nos se hidratan convenientemente su resistencia física se puede quebrar en los últimos minutos. Pero semejante circunstancia se ha convertido en una buena noticia para los distribuidores de cerveza de Orlando, que piensan multiplicar sus ventas durante el mes de junio gracias a la visita de holandeses, irlandeses y belgas, ciudadanos de tres de los países que andan en cabeza del consumo de cerveza per cápita.Ocho de los nueve responsables de organización en las ciudades sedes se felicitan de la buena marcha de la venta de localidades. El noveno es el de Dallas, única ciudad que tiene entradas sin vender. Dallas será precisamente el escenario del España-Corea. El caso más optimista es el de Nueva York, donde comienza a funcionar la reventa: el partido Italia-Irlanda del próximo sábado es el más llamativo como corresponde a dos de las tres comunidades más importantes de la ciudad (la tercera es la israelí). Una entrada de 25 dólares (3.500 pesetas) se cotiza actualmente a 375 (52.000).
Nada nuevo, en realidad, nada diferente a otros mundiales salvo un par de detalles. Uno, el goteo diario de pequeños temblores sísmicos en California. Otro el imperturbable inmovilismo en las encuestas de opinión: la Copa del Mundo no interesa en Estados Unidos o sólo interesa, según los últimos sondeos, al 15% de la población. Dentro de 24 horas quedarán anticuadas estas estadísticas: serán sustituidas por las audiencias televisivas, que de seguro registrarán las impresionantes cifras habituales. Habrá empezado el espectáculo.
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