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Stuart Nicholson

cuenta en una biografía de Ella Fitzgerald que la leyenda viva del jazz solía ir a la escuela cantando y bailando y desde muy temprana edad prometía que sería famosa. El texto, de 334 páginas y publicado recientemente por la editorial Charles Scribner's Sons, revela que desde muy joven ensayaba interpretando las canciones Susie Q y Snake hips, era una admiradora de Louis Armstrong, Bing Crosby y de las Boswell Sisters. A los 16 años, dos años después de la muerte de su madre, en 1932, pisó por primera vez el escenario del teatro Apollo de Nueva York, y a pesar de que calzaba unas botas de hombre, consiguió ganar un concurso de cantantes aficionadas.Ella Fitzgerald puede cantar blues, pero no se deja conmover por la letra de sus canciones, y aunque en su juventud no era atractiva como su contemporánea Billie Holiday o apasionada como Bessie Smith, cautivaba a la audiencia con su fuerza musical y su voz, según se desprende del libro.-

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