A más grandes, mas imprecisos

., Cuanto más grande es el partido más vago es su programa electoral para las elecciones europeas, cuanto más pequeño, más precisas son sus ofertas. Grandes o pequeños coinciden, en todo caso, en la necesidad de ahondar la integración europea -el PP es el que menos hace hincapié en ello- y fortalecer los poderes de la Eurocámara. Todos, excepto acaso el PNV, expresan también su preocupación porque la actual y las futuras ampliaciones de la UE hacia en Norte y el Este marginen a los Estados meridionales.

Sólo IU pide abiertamente reformular el objetivo de la Unión Económica y Monetaria para que la convergencia de las economías "no agrave la recesión" aunque CiU insta también a flexibilizar el calendario para la adopción de una moneda única, prevista para 1997 o 1999, porque el actual corsé tan rígido "puede frenar la salida de la crisis".El Manifiesto Europeo 1994 del PSOE ensalza, ante todo, "el prestigio y el poder" adquirido en Europa por la España socialista y anuncia que la próxima presidencia española de la Unión Europea (UE), en el segundo semestre de 1995, consolidará este liderazgo. Las propuestas concretas son difíciles de encontrar aunque llama la atención la postura del partido, menos ambigua que la del Gobierno, de cara a la revisión del Tratado de Maastricht en 1996 que preconiza modificar la ponderación del voto en el Consejo de Ministros para evitar que esté dominado por los países pequeños.

Fuertes en Europa del Partido Popular es, en buena medida, el negativo del programa socialista. En él se insiste en que la errónea política económica del Gobierno ha colocado a España a la cola de la UE. Enderezar la situación consiste en "corregir los desequilibrios" fomentando, a través de la fiscalidad, el ahorro y la inversión, controlando el gasto público y liberalizando los mercados. Las ideas populares apenas son, sin embargo, más precisas que las de sus principales adversarios.

La precisión e incluso el detalle sí figuran en los programas del PNV, CiU e IU. Ambas europeístas, las dos grandes fuerzas nacionalistas, CiU y PNV, coinciden en pedir que las autonomías estén representadas, a través de la delegación española, en el Consejo de Ministros de la UE. La revindicación vasca va, sin embargo, algo más lejos y exige participar hasta en órganos comunitarios meramente consultivos al tiempo que solicita para el vascuence rango de lengua oficial -CiU se conforma con que el uso del catalán esté reglamentado- similar al de los otros nueve idiomas oficiales.