El falso etarra que extorsionó a un dírectivo lo hízo por venganza

Enrique G. R., de 66 años, detenido esta semana por extorsionar en nombre de ETA a un directivo del INI, ha declarado que lo hizo por vengarse de un fracaso empresarial que sufrió hace 22 años y que atribuye a su víctima. El detenido, que no pertenecía a la banda terrorista, envió entre marzo y abril tres cartas al ejecutivo (véase EL PAÍS del martes) en las que exigía el pago de cinco millones de pesetas. En caso contrario, amenazaba con tornar represalias contra el directivo y su esposa e hijos. A finales de mayo, la familia del directivo, residente en Italia, recibió una carta con insultos. A su vez, en 1992, el ejecutivo de la empresa estatal había sido víctima de un intento de extorsión.Las cartas poseían sello de ETA y eran copia de una misiva de la organización terrorista publicada en un diario de Madrid. La investigación la desarrolló la Brigada de la Policía Judicial. Tras descartar la autoría de la banda armada, centraron las pesquisas en las personas que habían mantenido relación con la víctima. En la lista apareció Enrique, quien, 22 años antes, había sido socio suyo en una empresa que se fue a pique.

Los agentes destaparon su implicación al demostrar que las cartas habían sido escritas con una máquina del detenido.