"AIgunos jugadores se ríen de mi 'drive"
Con un drive poco ortodoxo y una cabeza blindada, Alberto Berasategui ha logrado abrirse camino en el circuito profesional de tenis. Fue el último de los jóvenes valores españoles en explotar, pero, cuando lo hizo, su ascenso resultó imparable. Este año ha ganado el Torneo de Niza y fue finalista en Polonia. La semana pasada, en Roland Garros, eliminó al 14º cabeza de serie, Cédric Pioline y al ruso Yevgeny Kafelnikov, revelación de este año, y alcanzó por primera vez en su vida los octavos de final de de un Grand Slam. A los 20 años, Berasategui es considerado uno de los mejores jugadores del mundo sobre tierra batida. Ahora es el 230 de la clasificación de la ATP.Pregunta. ¿De qué triunfo está más contento?
Respuesta. Del triunfo de Niza. Gané allí a Edberg y a Courier, uno de mis ídolos. Vencerle en una final era una de mis Ilusiones.
P. ¿Se había marcado objetivos en el inicio de la temporada?
R. Lo único que pretendía era defender mi ranking, el 36º. Temía no poder conservar los puntos que gané el año pasado. Ahora soy el 23º y mi objetivo es estar entre los 20 primeros del mundo.
P. ¿Ha soñado alguna vez, como Bruguera, que ganaba el Torneo de Roland Garros o que se convertía en número uno mundial?
R. Soñar sí. Pero simplemente eso. Después vuelves a la realidad y sabes que para ganar en en París debes ser un gran jugador como Sergi. De momento intento hacerlo lo mejor posible y coger experiencia. Dentro de unos años ya veremos, igual pasa de ser un sueño a convertirse en rea lidad. Creo que soy ya uno de los 15 mejores jugadores en tierra. Por otra parte, meterme entre los 10 primeros es algo que todavía queda lejos. Pero no lo descarto.
P. ¿Su cabeza es lo que mejor funciona en su juego?
R. Mi cabeza, sí. Pero sobre todo mis piernas. Gracias a ellas puedo desplazarme para conectar mi derecha y coger el control del punto. Cuando me canso o cojo rampas, mi juego se acaba, porque me atacan el revés y no puedo repartir juego con él drive.
P. ¿Qué puede mejorar?
R. Mis golpes de red y mi mentalidad para subir. Tengo buenos golpes de fondo, pero debo definir mejor la volea, como hace Courier.
P.Su empuñadura tanto para pegar la derecha como el revés les muy poco ortodoxa, ¿la cambiará algún día?
R. Lo intentaron en Estados Unidos, cuando estuve en el campus de Harry Hopman, pero no lo consiguieron. Ahora sería totalmente imposible, sería como volver a empezar de nuevo con mi juego. No podría volver a jugar al tenis. O sea, que si algún día me atrapara con esta empuñadura debería dejar el tenis. Por ahora me va muy bien y estoy contento con ella, porque me permite pegar el drive y el revés sin. mover la raqueta y pegando por el mismo lado de la raqueta.
P. ¿Algunos técnicos u otros jugadores se extrañan al verle jugar?
R. Sí. Muchos entrenadores no comprenden mi forma de jugar. Algunos jugadores se han llegado a reír de mi derecha para intentar desconcentrarme. Cuando veían el partido muy cuesta arriba, imitaban mi golpe de derecha para burlarse. Pero al final perdían. Sin embargo, yo me siento orgulloso de mis golpes. Otros destacan por su carisma, como Agassi. Yo no tengo eso, pero a lo mejor me hago famoso por mi forma de coger la raqueta.
P. Lo que ha conseguido, por el momento, es que le teman.
R. Cuando se enfrentan a mí saben que van a sufrir.No soy muy dotado, pero lucho hasta el último punto. Y suelo hacer correr mucho a mis rivales. Es evidente que eso condiciona su mentalidad y me ayuda.
P. Hablemos un poco de su vida. ¿Qué le decidió a marcharse a Estados Unidos a los 13 años?
R. Comencé a jugar al tenis en una pista que construyó mi padre. Empecé a los siete años solo contra la. pared porque nadie quería jugar conmigo. Después tuve mi primer entrenador. Y a los 13 años mi padre decidió que me fuera a EE UU, porque allí aprendería, además, inglés.
P. ¿Para un chico de 13 años es muy duro estar solo en un país extraño?
R. Muchísimo. Se me hizo muy cuesta arriba. No sabía inglés, no me entendía con nadie. Era muy duro. Estaba completamente solo. Al principio tenía ganas de volver. Lloré bastantes veces. Echaba de menos a mi familia. A los tres meses todo fue cambiando.
P. ¿Se quedó sin amigos en su pueblo de Arrigorriaga?
R. Sí. Al estar tres años fuera se rompió todo mi ambiente del colegio. Cuando volvía en verano me quedaba en casa todo el día, no salía y me aburría. Ahora vivo en Barcelona y ya no quiero volver a Bilbao. Allí no conozco a nadie. Me siento muy vasco, pero prefiero vivir en Barcelona.
P. Después regresó a España, a los 14 años, y ganó el Campeonato de España infantil, superando a Alex Corretja. Y le llegó la llamada de la Federación Española para incorporarle en su grupo de alta competición.
R. Sí, pero no quise ir. Prefería seguir en Estados Unidos más por lo bien que lo pasaba que por el tenis que aprendía. Fue a los 16 años cuando Duarte convenció a mi padre para que volviera. Ahora estoy muy satisfecho de aquella decisión.
P. ¿Le gusta la vida que lleva?
R. Sí. Pero se me hace dura. Viajar cada semana no es fácil. Pero me consuelo pensando que si las cosas. me van bien a los 30 anos me podré jubilar. Elegí el tenis y ya sabía lo que suponía.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.