Clinton renueva el trato de nación más favorecida a China
China obtuvo ayer una rotunda victoria política, económica y diplomática en Washington. El presidente estadounidense, Bill Clinton, aun admitiendo que en China se siguen cometiendo serios abusos contra los derechos humanos, se tuvo que doblegar ante la importancia estratégica de ese país y proponer la renovación del llamado trato de nación más favorecida para China, un instrumento comercial que equivale a una autorización para la penetración de productos chinos en este país y para la venta de artículos norteamericanos en la nación más poblada y de mayor crecimiento del planeta.
Pero no sólo eso. Clinton admitió también que la estrategia de ligar las relaciones comerciales con los derechos humanos ha sido un error, y prometió que en el futuro no se tendrá en cuenta esa consideración para renovar el estatuto de nación más favorecida (conocido como MFN, en sus siglas en inglés). Fue un paso más para darle a China, gobernada por un régimen comunista que está experimentando en la creación de una parcial economía de mercado, trato de absoluta igualdad entre los países demócraticos."Creo que esto se corresponde con los mejores intereses de Estados Unidos y de China, y estoy convencido de que, a largo plazo, se demostrará como la mejor decisión posible", dijo el presidente estadounidense.
Bill Clinton explicó en una conferencia de prensa, tras varias semanas de meditación sobre este asunto, que la profundización de las relaciones comerciales y culturales con China son la mejor forma de influir en ese país para conseguir avances en el campo de los derechos humanos.
El presidente estadounidense, que mencionó el hecho de que el mercado chino importa de este país más de 8.000 millones de dólares anuales (algo más de un billón de pesetas) y da trabajo a más de 150.000 norteamericanos, dijo que la renovación del MFN es "la mejor oportunidad para sentar las bases de un progreso sostenido de los derechos humanos a largo plazo y para el desarrollo de los intereses de Estados Unidos en China".
Clinton reconoció que en China todavía se registran "serios abusos de los derechos humanos, incluida la detención de aquellos que expresan sus opiniones pacíficamente, así como la represión de las tradiciones culturales y religiosas en el Tibet". Pero añadió que se habían producido avances "en algunas áreas, como la resolución de los casos de emigración, el establecimiento de un memorándum sobre el trato en los campos de trabajo y la adhesión a la Declaración Universal de los Derechos Humanos".
Riesgo de enfrentamiento
Pero Bill Clinton dejó claro que, contrariamente a lo que él mismo advirtió hace un año, cuando condicionó la renovación del MFN a los progresos conseguidos en ese campo, los derechos humanos no son lo que cuenta en este caso. En sí, la concesión del estatuto de nación más favorecida no significa un tratamiento especial para China. Sólo nueve de los 150 países con los que comercia Estados Unidos no disponen de esa consideración. La no concesión de esa cláusula comercial es lo que hubiera creado una situación excepcional y lo que hubiera obligado a aplicar aranceles especiales para los productos procedentes de China, que suponen 30.000 millones de dólares anualmente.Eso, como explicó Clinton, era algo que Estados Unidos no podía permitirse el lujo de hacer sin crear un grave enfrentamiento con China, país del que el presidente norteamericano destacó su poder nuclear, su influencia en la península de Corea, su papel estratégico en Asia y el Pacífico y su posición de miembro con derecho a veto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
"La extensión del MFN", dijo, "evitará el aislamiento de China y nos permitirá comprometer a los chinos, no sólo con contactos económicos, sino también culturales, educativos y otros, así como mantener nuestros esfuerzos en derechos humanos". "Estoy convencido", aseguró, "de que el mejor camino para avanzar en la libertad de China es la intensificación de los compromisos de Estados Unidos con esa nación".
Esto significa también, según declaró Clinton, que Estados Unidos "desligará los derechos humanos de la extensión anual de la cláusula de MFN". "Necesitamos", añadió, "desarrollar nuestras relaciones en un marco más amplio y productivo".
El único borrón en la gran jornada para la política exterior china. fue el anuncio del presidente Clinton de que su Gobierno prohibirá la importación de armas y municiones procedentes de China, que ahora suponen un comercio de unos 100 millones de dólares al año. Además, mantendrá las sanciones económicas prácticamente imperceptibles impuestas por las Naciones Unidas tras la matanza de la plaza de Tiananmen, en 1989. El Gobierno de Pekín ha anunciado que responderá a esa decisión en proporciones similares.
Al mismo tiempo, Clinton dijo que su Administración incrementará los programas de ayuda a los grupos que luchan por la libertad en China, para tranquilizar a los congresistas y organizaciones humanitarias que pedían una reacción más firme contra las violaciones de derechos humanos.
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