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El alcalde de Móstoles mete en su equipo a la oposición política y social

José Luis Gallego, alcalde socialista de Móstoles, sigue reclutando a su equipo entre sus teóricos enemigos. Al único edil del CDS le convenció para ser concejal de Educación. Ahora ha hecho que la que fuera presidenta de la FAPA (Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos) durante ocho años se pase de bando. Ana María Rodríguez ha cambiado el látigo con que atormentaba a los sucesivos concejales de Educación por una batuta con la que dirigirá los designios de la comunidad escolar.

Ana María Rodríguez, de 51 años, ha abandonado sus 12 horas de trabajo al día denta como preside la FAPA y su pequeña sede sin ventanas para optar por un horario indefinido que le provoca insomnio y ojeras, un despacho lleno de luz y un sueldo que supera los cinco millones de pesetas al año. Sin embargo, sostiene que, por encima de estas razones, ella ha aceptado el puesto de coordinadora de Educación "porque es una oportunidad para conseguir desde dentro y más fácilmente las históricas reivindicaciones de las APA".De hecho, el binomio nuevo concejal-nueva coordinadora ya ha traído a Móstoles (196.000 habitantes) frutos tan esperados como la apertura, los fines de semana, de los centros educativos, la posibilidad de que asociaciones de vecinos puedan jugar sin miedo un partido de fútbol en las instalaciones del nuevo polideporivo Villafontana (uno de los mejor dotados de Móstoles) o el proyecto (le construcción de gimnasios para los colegios León Felipe, Andrés Segovia y Pablo Sorozábal.

Además de estas "realidades inminentes", Rodríguez aprovechará su año de fichaje para poner en marcha consejos escolares con presencia municipal y crear la figura del coordinador de APA, todas ellas viejas reivindicaciones que ella abanderó en sus 20 años de lucha dentro de la educación y ocho desde la presidencia de la FAPA.

El único límite que se ha impuesto es que todos los planes salgan baratos. Ya que su puesto de coordinadora de Educación no ha resultado gravoso para las arcas municipales, "porque se trata del trasvase de una plaza vacante que había en Urbanismo", ella pretende "reutilizar los funcionarios sin crear puestos nuevos".

Tras sus ocho años al frente de la FAPA, Ana María Rodríguez ha dejado constancia de su capacidad de convocatoria y talante luchador. Todos conocen algunas de las pugnas que mantuvo con el Ayuntamiento. Desde las habituales sobre la falta de limpieza y deterioro de los colegios, por las que se llevó más de una pitada el anterior alcalde, al maratón que trajo de cabeza a la Policía Municipal porque los padres, niños e incluso abuelos participantes invadieron en chándal las avenidas del municipio.

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