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El cuerpo como protesta

Los modelos de Bellas Artes de Sevilla posan en la calle para mantener sus empleos

Margot Molina

Desnudos o semidesnudos, dispuestos como mínimo a llamar la atención de los sevillanos, los modelos de la Facultad de Bellas Artes protestaron ayer en el patio del centro contra la rescisión de sus contratos, anunciada por el rector, Ramón Medina Precioso, para el próximo día 30. Con el cuerpo pintado de colores, cubiertos algunos con un escueto tanga, 22 de los 28 modelos repitieron pase en el rectorado. No quieren que el paciente servicio que aportan a los futuros artistas pase a manos de una empresa privada. La comitiva sólo se cubrió en parte para llegar a la sede central de la Universidad de Sevilla, mientras levantaban a su paso las miradas de asombro de los transeúntes."Hemos demostrado que somos profesionales y amamos nuestro trabajo. Cuando posas se crea una intimidad con el alumno, y eso influye en el resultado", dijo ayer Rocío García, una de las modelos que, con el cuerpo pintado y un tanga por único atuendo, participó en la protesta. La sesión especial de ayer, realizada sobre un fondo de pancartas desde las que se acusaba al rector de no velar por la calidad de la enseñanza, terminó con una larga ovación por sevillanas con la que los alumnos obsequiaron a sus modelos.

"Estamos en una situación de subempleo, con contratos de un mes -50.000 pesetas por posar 60 horas mensuales-, pero lo que ofrece el rectorado son contratos-basura, aseguró María Teresa Romero, portavoz de este colectivo de entre 18y 38 años. De los 28 modelos, ocho son fijos y cobran el doble que los contratados temporalmente.

El rectorado, que según los modelos ha rechazado cualquier negociación, pretende realizar los contratos a través de una empresa privada que pagaría a cada modelo 800 pesetas por hora sin garantizar un mínimo. "Para ellos somos algo que está ahí puesto y nada más. Les da igual la calidad con tal de reducir costes", añadió Romero.

Después de las poses estáticas y en movimiento que ejecutaron en el patio de la facultad -algunos chicos iban desnudos, como en las clases-, los modelos se manifestaron por el centro de la ciudad, acompañados por unos 200 alumnos de Bellas Artes, hasta el rectorado. En el patio de la sede central de la Universidad, los manifestantes repitieron los pases mientras los alumnos les dibujaban. Los representantes del colectivo no pudieron entrevistarse con Medina Precioso, que se encontraba de viaje.

Para Jaime Gil, profesor de la asignatura Dibujo en Movimiento, la situación actual es "buena" y las clases están funcionando con normalidad. "Un cambio radical de los modelos puede ser traumático para los alumnos, ya que si entra otra plantilla tendrían que empezar por aprender a posar", aseguró Gil. "La gente cree que posar es fácil, pero cualquiera no puede mantener una postura 45 minutos. Para ser un profesional tienes que saber respirar y practicar técnicas de relajación para mantenerte rígido", comentó el modelo y profesor de yoga Francisco Limón.

La mayoría son estudiantes o realizan otro trabajo temporal, como Baldomero Soto, de 38 años, el mayor del grupo. "Nos exigieron pasar exámenes médicos y una prueba ante un tribunal de alumnos y profesores; ahora van a contratar a cualquiera sin experiencia", se quejaba Soto, quien, durante el verano, completa su sueldo trabajando de heladero.

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Sobre la firma

Margot Molina
Ha desarrollado su carrera en El PAÍS, la mayor parte en la redacción de Andalucía a la que llegó en 1988. Especializada en Cultura, se ha ocupado también de Educación, Sociedad, Viajes y Gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado, entre otras, la guía de viajes 'Sevilla de cerca' de Lonely Planet.

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