Craxi sigue desaparecido y elude presentarse ante los jueces de Milán
No se sabe ya si Bettino Craxi, el ex líder socialista italiano, está hospitalizado en Hamamet, su residencia tunecina. Ninguno de los numerosos periodistas italianos destacados en el lugar ha logrado encontrarle en los centros sanitarios de la zona. Lo único seguro es que Craxi no se presentó ayer en la Audiencia de Milán, al vencer el plazo que los magistrados le habían dado para que entregara el pasaporte
Ahora se discute si los jueces le declararán o no prófugo y emitirán, en consecuencia, la correspondiente orden internacional de búsqueda y captura.Uno de los enviados especiales italianos, que citaba fuentes de la Embajada de su país en Túnez, informaba que Craxi había abandonado la clínica, aunque tendrá que regresar para realizar nuevas pruebas dentro de pocos días. Otro, con fuentes no menos fiables, aseguraba que seguiría internado por lo menos hasta que pase el fin de semana. Según ha declarado un amigo no identificado a un diario italiano, "su estado de salud no parece preocupante", mientras que la esposa, Anna Craxi, sostiene que "dos años de tensión como la que ha vivido mi familia harían daño cualquiera".Parece, en cualquier, caso seguro que el ex líder socialista, investigado en su país por más de 60 presuntos delitos de corrupción, prevaricación y violación de la ley de financiación de los partidos políticos, no saldrá de momento de Túnez. Lo confirma incluso el embajador italiano en ese país africano, Francesco Caruso, que mantiene una antigua amistad con Craxi y que, por esa razón, se encuentra en una situación comprometida.
¿Orden de busca y captura?
Un diario próximo al presidente del Gobierno, Silvio Berlusconi, que también es viejo amigo de Craxi, el cual es padrino de una de sus hijas, dudaba ayer de que los magistrados milaneses se decidan por la orden de busca y captura. Razona el diario que el tratado de extradición vigente entre Túnez e Italia presenta las suficientes lagunas y contradicciones como para que una eventual demanda referida a Craxi no fuera atendida. En concreto, la ley tunecina excluye la extradición por delitos políticos o relacionados con la política, lo que, siempre según el referido diario, debería conducir al fracaso final de una orden de captura, italiana. Se señalan, además, otros datos, como la amistad entre Craxi y el presidente tunecino, Ben Alí.Este razonamiento podría muy bien ser utilizado por los defensores de Craxi en sus intentos de que la Audiencia de Milán acepte los certificados médicos presentados por el líder socialista y le concedan un plazo razonable de espera. Pero cede ante la lógica de que Craxi diga que no es capaz de pasar en Hamamet más de dos semanas seguidas.
Resulta, por ello, impensable que Craxi, el político italiano más poderoso de la pasada década, se ponga en condiciones de no poder pisar la mayoría de los países de Europa sin riesgo de ser detenido.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.