El cine parte un pueblo en dos
Los rodajes de las series televisivas 'La Regenta' y 'Villarriba y Villabajo' coínciden por un dia en Colmenar de Oreja
Son las crónicas de un pueblo, 20 años después. Acostumbrados al ambiente cinematográfico, los 5.500 colmenareños no se inmutan ante la invasión de focos, grúas y actores famosos; ni siquiera les importa que la plaza de su pueblo sea ahora bicolor. Por exigencias de un guión que firma y ejecuta la familia de los Berlanga, Colmenar de Oreja ha ganado un bar, una farmacia y un pequeño Ayuntamiento. También ha visto cómo su plaza se abría en canal bajo el efecto implacable de un martillo neumático, pero saben que después de casi un año de rodaje todo volverá a su estado natural.El miércoles pasado, en el Ayuntamiento de Colmenar, y ante la presencia de María Isbert, Juanjo Puigcorbé, Ana Duato, Ángel de Andrés López y Carlos Tristancho, entre otros actores dirigidos por Luis García Berlanga, se procedía a la lectura de un testamento, mientras dos calles más arriba, en el famoso teatro Diéguez, escenario de las penas de Isabel Pantoja en Yo soy ésa, se escenifica una secuencia de La vida es sueño para el público decimonónico que inventara Clarín en su magistral La Regenta. El director en este caso es Fernando Méndez Leite, también para TVE, con Aitana Sánchez Gijón, Héctor Alterio, Fiorella Faltoyano y Juan Luis Galiardo.
La cuadrilla de albañiles que capitanea Francisco Haro se emplea a fondo para rematar el alicatado del bar Parrita, "siete hombres trabajando todo un mes, mejor pagados de lo normal, aunque cobraremos más tarde. Es lo mismo", asegura el jefe, "se hace por simpatía". Haro domina la llana desde los 17 años, y ha conseguido en su oficio la categoría 7, que equivale a la licencia para restaurar. Todo un manitas que verá destruido su trabajo cuando Colmenar deje de ser Villarriba y Villabajo "sin pena ninguna.. Esta plaza ha de recuperar su encanto castellano".
Ángel Lafuente, meritorio de dirección, ha cumplimentado las fichas de más de 700 colmenareños, como Natalia Benito, poetisa de 74 años; Antonio Martínez, de 68, jubilado ex je]Fe de la Policía Municipal y ahora coordinador de figurantes, o Antonio Hernández, alguacil y alguacilillo en tiempos de lidia. Seis mil pesetas, menú y la satisfacción de ser estrellas por un día. Julio Gostanza cobra 25.000 pesetas por sesión, vestido de conserje. En ciertas escenas tiene incluso frase, y cuando se quita el uniforme se sienta bajo la carpa-comedor como uno más. "Me eligieron por feo", pero tiene tablas. "Dirijo desde hace cinco años el cuadro artístico de Colmena?', un grupo de teatro aficionado, y "hubiera trabajado incluso gratis. Mi señora ha tenido que hacerse cargo ella sola de la floristería, pero no nos importa. La serie se emite en octubre de 1995: en casa ya tenemos los vídeos cargados".
A los hijos de la familia Rico les gustaría ser artistas, pero se conforman manteniendo a las estrellas. Hace 18 años, José Luis era un bebé de tres meses que debutaba en Nosotros los decentes en brazos de José Luis López Vázquez, mientras su padre biológico alimentaba a su abuela en el cine, una Carmen Sevilla muchísimo más joven, pero igual de aficionada a la buena cocina castellana. Antonio Martínez, el alguacil, la regaló unas flores y un fandango, y la tonadillera le rozó las mejillas con los labios con un par de besos.
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