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Londres confirma que el Ulster decidirá su futuro en un referéndum

El Gobierno británico contestó ayer, en un largo y prolijo texto, a las 20 preguntas planteadas por el Sinn Fein, el brazo político del IRA, la pasada semana, en torno a la declaración de Downing Street, firmada entre el Reino Unido e Irlanda el 15 de diciembre de 1993, como un marco para futuras negociaciones de paz en el Ulster. Más allá de su contenido, la respuesta de Downing Street constituye un gesto sin precedentes en el Gobierno conservador británico que preside John Major. La respuesta del Gabinete de Major confirma la celebración de un referéndum para que la población de Irlanda del Norte se pronuncie sobre su futuro político.

Ni siquiera la tregua de tres días mantenida por el IRA durante la pasada Semana Santa bastó entonces para torcer la decisión del Gobierno de John Major. Todo parece indicar que esta vez la presión del Gobierno irlandés ha sido definitiva para lograr una clarificación por escrito que representa más un gesto político de buena voluntad que un documento de contenido novedoso.El propio Patrick Mayhew, ministro para Irlanda del Norte, lo reconoció implícitamente al comentar que el largo cuestionario del partido que sostiene al IRA planteaba una única pregunta susceptible de clarificación. "El resto", dijo Mayhew, "es una simple invitación a la negociación, y está claro que no vamos a negociar". El interrogante esencial para el Sinn Fein era: ¿qué cambios podrían operarse en la Constitución de Irlanda del Norte como consecuencia del proceso de paz?

Y ligada a esa cuestión: ¿qué consecuencias puede tener un inmediato cese de la violencia? La respuesta del Ejecutivo británico bordea, aunque puntillosamente, la obviedad, ya que se reafirma en lo ya expresado por escrito en la declaración de diciembre, en el sentido de que será el pueblo de Irlanda del Norte el que decida sobre su futuro -dentro o fuera del Reino Unido- en un referéndum convocado al efecto.

Las reacciones al largo texto gubernamental fueron anoche inmediatas en Irlanda del Norte. Mientras John Hume, líder del moderado SDLP, expresaba su esperanza en que la clarificación obtenida por el IRA y el Sinn Fein abriera por fin el camino de la paz, el radical Ian Paisley, líder del protestante Partido Unionista Democrático dio rienda suelta a su indignación. Paisley criticó duramente las "mentiras" del Gobierno de Major y se lamentó de que la declaración de principios tuviera apenas 14 párrafos, frente a los 20 folios de la clarificación. Un portavoz del Sinn Fein se limitó a transmitir un mensaje de optimismo por la respuesta.

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