Dimite un diputado conservador británico acusado de tener relaciones homosexuales
El pasado fin de semana contribuyó poco a mejorar la situación del Partido Conservador británico tras el descalabro en las municipales del jueves. Una información aparecida en el dominical del diario Sun, el inefable News of the World, destapaba un nuevo escándalo sexual con un parlamentario tory como protagonista. El News relataba la existencia de una relación homosexual entre Michael Brown, de 42 años, whip -algo así como un comisario- gubernamental del Partido Conservador con un joven de 20 años llamado Adam Morris. Brown presentó su dimisión inmeditamente, no sin lamentar esta intromisión en su vida privada.
De acuerdo con el tabloide, -el mismo que lanzó a la fama a la española conocida como lady Bienvenida-, Michael Brown, que pertenece al ala derecha del partido, intimó demasiado con Morris, un estudiante tory de la prestigiosa London School of Economics, hasta el punto de compartir con él unas vacaciones en Barbados. News of the World recoge además unas declaraciones del joven en las que con total naturalidad reconoce las enormes ventajas de tener un amigo -"un amigo muy íntimo"- en el Parlamento. "Tengo acceso a la gente de la Cámara [de los Comunes] siempre que quiero y me tratan como a un VIP", dice.
No es la primera vez que el ahora dimisionario Brown se enfrenta a acusaciones de hornosexualidad. En 1988 tuvo que desmentir que fuera miembro del colectivo gay, cuando se supo en su circunscripción que compartía un piso con otro hombre. Eso no le impidió desarrollar un activo papel en la campaña para rebajar la edad legal de los hombres en lo que a las relaciones sexuales se refiere, de los 21 a los 16 años. La ley aprobada por el Parlamento en febrero pasado se quedó a medio camino, fijando la "edad del consentimiento" en los 18 años. Aún así, la ley no está todavía en vigor, por lo que la acusación que pesa sobre Brown tiene incluso un riesgo penal.
El caso Brown difícilmente contribuirá a empeorar la situación política de John Major, que según el canciller del Exchequer, Kenneth Clarke, se enfrenta al mayor acoso sufrido por un político en el Reino Unido en los últimos 25 años.
Pero no se trata tan sólo de la situación de Major. Es el Partido Conservador el que parece atravesar una de sus peores crisis de identidad. Mientras las viejas glorias tories, desde lady Thatcher hasta Edward Heath, se pronunciaban este fin de semana sobre la conveniencia de mantener al mismo timonel en el número 10 de Downing Street, otro periódico, el Mail on Sunday, revelaba la existencia de un memorándum, supuestamente fruto de los trabajos de un centro de estudios , para lanzar al secretario del Tesoro, Michael Portillo, como gran alternativa a Major.
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