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El peso de la historia

El autor aprovecha la adjudicación de Banesto al Santander y la pelea posterior con el BBV para dar un paseo por la historia de la banca española. Entre estos tres bancos privados suman una edad de 412 años.

Una batalla de titanes bancarios ocupa los titulares de los periódicos: el Banco Santander y el BBV han pujado por un alicaído Español de Crédito (Banesto), y esta puja y sus secuelas ha levantado ciertas animosidades y resquemores. Esto es conocido del gran público; lo que ya no lo es tanto es que esta batalla triangular enfrenta a los tres bancos privados más antiguos del país, cuya edad combinada es nada menos que de 412 años. Los bancos de Bilbao y Santander fueron fundados en 1857, y el Crédito Mobiliario Español, antecesor del Español de Crédito, en 1856. Nadie hubiera pensado entonces que el Bilbao o el Santander pudieran absorber al Crédito Mobiliario porque éste era un verdadero gigante y a su lado los otros dos eran pigmeos. Pero el mundo da muchas vueltas y hoy los papeles se han invertido. Cómo se ha llegado a esta situación es algo que no está aún totalmente claro, pero los perfiles de la historia sí pueden dibujarse. Es una historia que nos muestra cómo ha evolucionado nuestro sistema bancario y cómo la capacidad y el realismo empresariales pueden hacer realidad la fábula de la liebre y la tortuga en el mundo cambiante de la banca.La aparición en la escena española del Crédito Mobiliario Español a- mediados del siglo XIX fue un acontecimiento sensacional. El Crédito Mobiliario fue un banco de tipo nuevo que revolucionó la manera de hacer banca en su época. El origen del banco es francés: dos hermanos bordeleses de origen judeo-portugués, Emilio e Isaac Pereire, antiguos empleados de otro legendario banquero judío (éste, francés de origen alemán), James de Rothschild, idearon y fundaron en 1852 el Crédit Mobilier Français, una gran sociedad anónima bancaria que aspiraba a recoger los depósitos de todos los franceses e invertirlos en industria y ferrocarriles. Pronto la rivalidad entre los Pereire y su antiguo jefe se hizo sentir no ya sólo en Francia, sino en toda Europa. España fue uno de sus campos de batalla. Así se fundó Crédito Mobiliario, que inmediatamente emprendió la construcción del Ferrocarril del Norte de España, mientras que los Rothschild creaban el ferrocarril de Madrid a Zaragoza y Alicante. El Crédito Mobiliario, además, adquirió la aseguradora La Unión y el Fénix, Gas Madrid, varias- empresas mineras, etcétera. Los visionarios Pereire querían construir un imperio industrial en España.

Los bancos de Bilbao y Santander tenían objetivos más modestos. Nacieron para ser bancos de emisión en sus respectivas ciudades. En aquel tiempo, el Banco de España sólo emitía billetes en Madrid, y en cada ciudad podía haber un banco emisor de billetes. Las activas ciudades portuarias de Santander y Bilbao promovieron la fundación de estos bancos para favorecer su comercio, y a este fin se dedicaron principalmente las nuevas instituciones, que se caracterizaron por su prudencia y sensatez.

La verdad es que la economía española no estuvo en el siglo XIX a la altura del sueño de los Pereire. Por muchas razones que ahora no son del caso, España siguió siendo un país agrario y atrasado. Su industria se desarrolló poco, su estructura social permaneció anquilosada y las guerras y el desorden fiscal y administrativo fueron graves obstáculos al crecimiento. Consecuencia de todo esto fue que, a diferencia de otros países, los ferrocarriles en España constituyeran un mal negocio. En virtud de todo ello, el Crédito Mobiliario perdió empuje y languideció, aunque no le ocurrió como a su hermano francés, que quebró estrepitosamente en 1868. El Mobiliario Español fue uno de los más importantes supervivientes del naufragio de los Pereire, pero se limitó a ser eso, un superviviente. Esta es la razón de que- en 1902 los herederos de los Pereire, junto con otros financieros franceses y españoles ' decidieran reorganizar el banco, modernizándolo y cambiando ligeramente su nombre. La operación fue un éxito. El Banesto se convirtió en uno de los grandes bancos, practicando el tipo de banca que sus fundadores habían preconizado, pero que no supieron poner en práctica: la banca mixta, que consiste en combinar las operaciones de banca comercial con las industriales.

Por distinto camino, el Santander y el Bilbao también se convirtieron en bancos mixtos. Estos antiguos bancos de emisión (que perdieron este carácter cuando el Banco de España asumió el monopolio de emisión de billetes en toda España en 1874) siguieron estrechamente ligados a la vida de sus respectivas ciudades. El espectacular crecimiento de Bilbao a fines del siglo XIX favoreció el encumbramiento de su banco (y el de varios otros que fueron fundándose en la ciudad del Nervión), que se vinculé estrechamente con la naciente industria de la región. Los grandes bancos mixtos contribuyeron muy notablemente a la industrialización de España, que es un fenómeno del siglo XX.

Pero nos acercamos al presente y las cosas vuelven a cambiar. Si hasta el fin del franquismo la actividad industrial era uno de los negocios más saneados de banca, la reciente crisis industrial europea ha vuelto a hacer cambiar el panorama. Los bancos que han sabido adaptarse a los nuevos tiempos han permanecido en cabeza: es el caso del Santander y el Bilbao (que se fusionó con el otro grande bilbaíno, el Vizcaya, en 1988). Los que permanecieron demasiado apegados a su cartera industrial tuvieron que suspender pagos, como el venerable Banco Urquijo en 1983, o tuvieron serios problemas, como el Banesto, que, independientemente del acierto o desacierto de sus anteriores gestores, llevaba en el ala el plomo de su cartera industrial desde decenios atrás.

Esta es a grandes rasgos la historia de esta larga carrera, en la cual los que al inicio fueron últimos a la postre han resultado ser los primeros. Pero nuestro conocimiento de cómo y por qué se, han producido estas graves mutaciones en la élite del sector bancario español es aún muy insatisfactorio. La historia bancaria está indisolublemente ligada a la historia económica y ésta es una parte muy importante de la historia de España. Los historiadores debemos conocer mejor el proceso de toma de decisiones empresariales, clave para entender la economía pasada y la actual. Pero en esto deben ayudamos los protagonistas. Una parte importante de la historia de España está en los archivos bancarios.

es catedrático de Historia de, la Economía de la Universidad de Alcalá de Henares.

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