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Los holandeses castigan en las urnas a la coalición de gobierno

El Partido del Trabajo (Pvda), con 38 escaños, según los resultados provisionales de las elecciones legislativas de ayer, se define como la mayor fuerza política de Holanda, aunque se verá obligado a formar coalición con otros dos partidos para alcanzar la mayoría de la Cámara de los Diputados y poder constituir Gobierno. Cómo y con quién está aún por decidir. Los holandeses han castigado en las urnas a las dos formaciones que se han repartido el Gobierno en los últimos cuatro años: los democristianos del CDA -grandes perdedores en las elecciones- y el Pvda.

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Los comicios han configurado una nueva Cámara que estará dominada por cuatro partidos: CDA y Pvda, y los dos partidos liberales tradicionalmente en la oposición, el uno de derechas (VVD) y el otro de izquierdas (D66).Los cuatro grupos se repartirán alrededor de los 150 escaños de la Cámara Baja con pequeñas diferencias: los 38 del Pvda están seguidos muy de cerca de los 34 del CDA. El VVD, con 30, gana ocho con respecto a la legislatura anterior y el D66 con 24 escaños duplica el número que tenía. El resto de los escaños se dividirán principalmente entre el Partido de los Mayores (AOV), el partido de izquierda verde Groen Links (que con 5 escaños pierde l), la extrema derecha y los partidos conservadores protestantes.

A pesar de haber obtenido el mayor número de los votos, el Pvda, al igual que el CDA, ha experimentado un importante descenso con respecto a las elecciones de 1989. Tal y como estaba previsto, el 80% de los más de 11 millones de votantes que han acudido a las urnas han sancionado con un voto de castigo a la coalición saliente y, sobre todo, al que consideran su máximo responsable, el CDA, que pierde 20 escaños.

Los sacrificios que el partido pedía, anunciando la congelación de todos los beneficios sociales en los próximos cuatro años, fueron demasiado para la población. A la pérdida de votos ha contribuido que el hasta ahora primer ministro, Ruud Lubbers, decidiera no concurrir a la contienda electoral, tras más de 12 años en el poder y tres gobiernos consecutivos.

La imagen de su delfín Elco Brinkman, un tecnócrata sin carisma, no consiguió convencer a los electores. Al deterioro de la imagen del partido contribuyeron, sin duda, las cifras difundidas al final de la campaña electoral que fijaron la tasa de desempleo en un 8% con el mayor crecimiento desde la II Guerra Mundial.

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Del descontento general que ha diversificado el voto y del que se han aprovechado principalmente el VVD y el D66, se han beneficiado de forma sorprendente dos nuevas formaciones políticas que representan los intereses de los mayores: Unión 55+ y el AOV, que, con los siete escaños alcanzados lucharán por defender sus pensiones y los derechos de la tercera edad y se convierten en la quinta fuerza política del país. También hace su entrada por primera vez en la Cámara baja el Partido Socialista (SP) que ha conseguido un escaño.

De igual forma se han beneficiado del castigo de los grandes, los pequeños partidos de derecha confesional y la extrema derecha. La alianza de partidos conservadores protestantes ha logrado siete contra los seis escaños que detentaba en la anterior legislatura, mientras el CD de la extrema derecha, que sólo tenía un escaño, ocupará cuatro.

Con este diversificado y bien repartido panorama político será necesaria la coalición de al menos tres de los partidos mayoritarios, a cuya cabeza se situará con toda probabilidad el líder del Pvda y hasta ahora ministro de Finanzas, Wim Kok. En los próximos días comenzarán las conversaciones entre los principales líderes tendentes a garantizar la estabilidad del próximo Gobierno que muchos analistas dudan en asegurar.

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