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Los mulatos votaron al Partido Nacional

Los tres millones de mulatos de Suráfrica han procurado el primer disgusto al Congreso Nacional Africano (ANC) que, debido a ese voto, que desconfía profundamente de los negros, se ha visto privado del Gobierno de la provincia de El Cabo Occidental, convertida en un área de solaz político para el Partido Nacional (NP) de Frederic W. de Klerk. Este resultado, que llevó a muchos negros a hablar de traición mestiza en la noche del domingo, hizo temer que los más radicales de los frustrados electores del ANC se tomaran la justicia por su mano, pero ayer no habían transcendido incidentes de importancia en Ciudad del Cabo y sus alrededores.

Allan Boesak, candidato del ANC a la jefatura del Gobierno autónomo de esa provincia, fue el primero en insistir ante sus bases en que había que aceptar el veredicto de la urnas. Los negros se tomaron como una afrentaracial que sus "hermanos" mestizos les hubieran repudiado, y grupos de votantes del ANC y del NP casi llegan a las manos en la explanada que se extiende ante el Ayuntamiento de Ciudad del Cabo, donde el intercambio de insultos raciales no llegó a mayores gracias a la intervención policial. Los votantes del ANC motejaban a sus rivales de "hotentotes", miembros de las tribus que se encontraron en la zona los primeros holandeses que desembarcaron en El Cabo en el siglo XVII, apelativo al que los mestizos respondían llamándoles "salvajes".

Perdón

"La gente está idiota si no se da cuenta de adónde va a ir el país si se tiene un presidente negro", dijo uno de los mestizos que habían votado por el partido de De Klerk. "Hemos perdonado a los boers". Los boers son los afrikáner, los creadores del apartheid, que explotó a negros y mestizos y les privó de derechos políticos, aunque a principios de los ochenta devolviera algunos de esos derechos a los mulatos.Además de su victoria en El Cabo Occidental, el NP soñaba con conseguir otro éxito en la provincia del Norte del Cabo, donde los mestizos constituyen la mitad del electorado, frente al 30% de negros y 20% de blancos, pero los resultados parciales ponían en cabeza al ANC.

La lengua materna de los mestizos -descendientes de los antiguos emparejamientos de blancos con negros y otras razas llegadas de Asia, en particular malayos- es el afrikaans, la lengua propia de los afrikáner, y ése es uno de los diversos vínculos que les unen a los blancos y les hacen estar más cerca de De Klerk que de Nelson Mandela, a quien temen menos que a sus seguidores, a los que acusan de revanchistas. Una de las causas de la afrenta sufrida por el ANC ha de buscarse en la poco afortunada campaña que el grupo ha hecho en la provincia -Winnie Mandela habló exclusivamente en xhosa, la lengua de su tribu, en un mitin celebrado en la provincia- y en la escasa credibilidad que suscita el mestizo Boesak, con un controvertido pasado político y personal.

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