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Elías Yanes asegura que con normas juridicas las eficaces no se acabara con la corrupción

El arzobispo de Zaragoza y presidente de a Conferencia Episcopal, Elías Yanes, no o ayer leña del árbol caído. Habló, en su discurso inaugural de la asamblea del episcopado, de la corrupción, pero sin utilizar un tono apocalíptico ni condenar a nadie. Para extirpar este mal, dijo, no son suficientes "normas jurídicas más eficaces"; es necesario "elevar la moral individual y social". Yanes consideró innecesario que un obispo presida la comisión propuesta por el presidente extremeño, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, y solicitó que los sacerdotes no sean jurados.

Tras invocar al Espíritu Santo, cantar el Veni Creator Spiritus y rezar una oración junto con el resto de obispos, Yanes comenzó su discurso recordando los conflictos de los Balcanes y África -Ruanda, Burundi, Sudáfrica, Somalia, Angola.- y transmitiendo un mensaje de aliento y solidaridad" a los misioneros españoles. Luego condenó, como ha hecho Juan Pablo II, el Documento Final de la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo y entró directamente en el capítulo de la corrupción, que despachó en tres párrafos.A diferencia de su predecesor, el cardenal Ángel Suquía, quien probablemente hubiera aprovechado para quemar al Gobierno en la hoguera de sus casos de corrupción, Yanes usó un lenguaje prudente para decir que todavía no hay sentencias de los jueces y que no se debería caer en el riesgo de condena de toda la clase política. "Pero parece indudable", añadió, "que se dan violaciones de las normas éticas y legales en asuntos económicos, con daño del bien común de la sociedad, en una cuantía y con una, frecuencia preocupantes".

Documento de 1990

Yanes, que mencionó el documento episcopal La verdad os hará libres (1990), que, según dijo, todavía sigue vigente y en el que los obispos denunciaban una profunda crisis moral de la sociedad española, de la que el Gobierno socialista era uno de los principales responsables, señaló: "La elevación del nivel moral de nuestra sociedad es una tarea que incumbe a todos los ciudadanos".

El prelado, quizás recordando la historia de la Iglesia y la máxima evangélica Quien est

libre de pecado que tire la primera piedra, llamó a los católicos a pensar en sus "propios pecados" antes que "condenar y menospreciar" al prójimo. Y concluyó: para acabar con la corrupción "se necesitan normas jurídicas más eficaces, pero sobre todo es preciso elevar la moral individual y social".

Yanes consagró tres cuartas partes de su discurso a una lección magistral sobre la importancia del diálogo en la acción pastoral de la Iglesia, en un texto plagado de citas de Pablo VI y en el que, en algunos momentos, postulaba posturas doctrinales más abiertas que las de Juan Pablo II en su última encíclica: la Veritatis Splendor. Yanes, incluso, citó al jesuita Karl Raliner, ya fallecido, uno de los teólogos malditos para el Papa.

Luego, ante los periodistas, Yanes justificó su decisión de no cargar las tintas con la corrupción: "Abordar este tema de la forma adecuada exigiría un tratamiento mucho más amplio y mucho más completo. Lo que me parece más importante es hacer una llamada de atención, mencionar un tema que nos preocupa y recordar que sobre este asunto los obispos hemos hablado con un documento que sigue siendo vivo [La verdad os hará libres] "

El arzobispo pareció querer dejar claro su propósito de transmitir un mensaje positivo, o al menos su intención de no crispar más los ánimos, expresando su satisfacción por cómo el problema de la corrupción está siendo abordado en el Parlamento.

Yanes, como en su discurso, invitó a los electores a reflexionar desde una perspectiva ética antes de depositar su voto en las elecciones europeas. "El nuevo Parlamento Europeo", señales, "va a tener unas competencias mucho más importantes y mucho más decisivas, de forma que la vida y la cultura de cada país va a estar muy condicionada por lo que decida".

La iniciativa del presidente extremeño, el socialista Juan Carlos Rodríguez Ibarra, proponiendo que un obispo presida una comisión de investigación de las 100 mayores fortunas de su comunidad no fue bien acogida por Yanes. "Agradezco la confianza que eso supone, pero yo no me veo en una comisión de ese tipo. Creo que en España", añadió, "no estamos en una situación como en algunos países de África o América, donde los obispos son convocados con frecuencia para presidir comisiones en las que se pide una presencia imparcial".

Al hilo de la actualidad, Yanes comentó la nueva ley del Jurado para expresar su confianza de que los sacerdotes y obispos queden excluidos, "porque la misión de la Iglesia no es juzgar".

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