"El patito feo tiene mucho de la época actual"
Hay tres formas de acorralar bajo un nombre el trabajo de Marta Bautista. El primero, marionetista es "el más bonito" para detallar que se dedica a dar vida a las marionetas. Ella las lleva con su Compañía Marimba de acá para allá contando historias, como el cuento favorito de Hans Christian Andersen, El patito feo, que hoy estrena para los niños en el Centro Cultural de a Villa. Pero, hay otras dos fórmulas descriptivas que se han quedado en el camino y alguien puede echarlas en falta: titiritera (que trae a la memoria al eterno viajante que, con su pequeño maletín, recorre las plazas de los pueblos; es el nombre de más casta) y, por último, manipuladora de..., término éste que no se tercia del todo afortunado, "porque la manipulación siempre conlleva poder, aunque en el caso de la marioneta es verdad". Marta, de 36 años, no sólo convierte a los muñecos (enormes) en actores, sino que ella misma los crea a base de látex y mucha espuma.
Pregunta. Vaya manera de abarcarlo todo, usted se lo guisa y usted se lo come.
Respuesta. Con un único fin, el ansia por encontrar, desde el diseño, nuevos lenguajes de expresión.
P. ¿Qué va a pasar hoy con El patito feo?
R. Hemos elegido este cuento para llevarlo a las marionetas porque se centra en la discriminación, que es algo que tiene que ver mucho con la época actual. Para contarlo damos mucha importancia al estímulo sonoro, que esta vez es una adaptación que una pedagoga musical ha hecho de Las cuatro estaciones, de Vivaldi.
P. ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra?
R. Nos sirve para el ritmo de la obra; además, el patito feo, según el cuento, nació en verano, que es cuando conoce su medio y es rechazado por el resto; entra en el otoño sumido en la tristeza, lo mismo que en invierno, en que está terriblemente solo y pasa frío, hasta que llega la primavera y la felicidad.
P. ¡Sí que deben de sufrir los niños!
R. Con el teatro de marionetas, los niños no tienen ningún miedo a hablar, porque lo que tienen delante es un muñeco. Ves cómo se van encendiendo, hasta que ya empiezan a gritar "ino!, ¡déjalo!", si aparece una gallina con malas intenciones.
P. ¿Qué aporta una marioneta a una videoconsola?
R. La posibilidad de que el niño se proyecte sobre el objeto; no a base de tragar pasivamente, sino produciendo.
P. ¿No le da pena cuando los muñecos se le vuelven viejos o se escacharran?
R. Es terrible, porque una marioneta, ante todo, es como una esponja a la que tú vas dando vida. Cuando tengo que cambiarle una mano después de un incidente, ¡me parece hasta un poco macabro!
P. Buscarles hueco a toda la troupe debe de ser complicado.
R. ¡Sí!, he tenido que buscar una nave a las afueras de Madrid, porque en mi apartamento, de 29 metros cuadrados, no era posible. A Madrid le puedes pedir de todo menos espacio.
El patito feo, por la Compañía Marimba. Centro Cultural Villa de Madrid. A las 16.30 horas. Sólo domingos. Consultar cartelera.
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