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Los zulúes de Inkatha lanzan su campaña para los comicios multirraciales surafricanos

Los zulúes de Mangosuthu Buthelezi han recibido con un júbilo aún mayor que el del resto de los surafricanos la decisión de su líder de participar en las elecciones de los próximos días 26 al 28, y decenas de miles de ellos asistieron ayer a un mitin en Ulundi, con el que el Partido de la Libertad Inkatha (IFP) ponía en marcha su extremadamente corta campaña electoral.

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Cyril Ramaphosa, secretario general del Congreso Nacional Africano (ANC) y uno de los artífices del milagroso acuerdo alcanzado el martes en Pretoria, cree que esta reacción popular zulú revela que los seguidores del IFP tenían su voluntad secuestrada por Buthelezi y está convencido de que la anunciada victoria del ANC en las urnas ya no tendrá peros. "Será una victoria en toda regla", sentencia.Las carreteras y caminos que llevan a Ulundi, capital de la región autónoma de Kuazulu, estaban ayer tomadas por miles de seguidores de Buthelezi, los peyorativamente llamados zulúes de postal por ir cubiertos con sus atuendos tradicionales. Buthelezi había sido recibido el día anterior como un héroe por miles de sus partidarios al llegar al aeropuerto de Ulundi. Un Buthelezi que apareció eufórico explicó como pudo el acuerdo que había firmado horas antes en la sede del Gobierno en Pretoria, junto a Nelson Mandela y el presidente De Klerk.

Guerreros zulúes cubiertos con la bandera del IFP parecían haber tomado las calles de la pequeña Ulundi, donde los conductores no dejaban de hacer sonar el claxon de sus vehículos. El calor de la recepción popular y la euforia no impiden a Buthelezi ser consciente de la difícil tarea que tiene por delante. Los sondeos no le son favorables. Los últimos daban al IFP alrededor del 25% de intenciones de voto en Natal, su feudo. Cabe esperar que con esta campaña relámpago suba ese apoyo y supere el umbral del 5% a nivel nacional que le permita estar en el Parlamento.

"La llegada tan tarde del IFP es una gran desventaja, pero les deseamos lo mejor y que tengan suficientes votos como para que participe en el Parlamento", decía ayer Ramaphosa ante un pequeño grupo de periodistas extranjeros.

Buthelezi venía planteando exigencias que no han recibido satisfacción para participar en las elecciones, pero se escuda en las garantías logradas por la monarquía zulú para justificar su radical cambio de actitud.

Qué es el reino zulú es algo que todavía se le escapa a una mente tan fina como la del secretario general del ANC. "Todo gira en torno al rey. No puede haber rey sin reino y para tener un reino tiene que haber un rey", dice en una explicación que no se sabe si va en broma o en serio.

Ese privilegio concedido al rey zulú ha suscitado las envidias de otros siete monarcas tribales cuyo futuro estatuto será negociado tras las elecciones en vistas de las suspicacias levantadas, según Ramapliosa. Por lo que respecta al rey Goodwill Zwelithini, "será un monarca constitucional a nivel provincial, con atribuciones sobre lo que interesa a los líderes tradicionales -leyes indígenas, tradición, costumbres, todo lo que tenga que ver con lo étnicamente zulú-, pero no tendrá poder ejecutivo de ningún tipo, que corresponde en exclusiva a los órganos elegidos democráticamente". Ramaphosa enfatiza que, por muy tradicional que sea un ámbito cultural, no podrá ir contra la Carta de Derechos consagrada por la Constitución.

El IFP, junto al Partido Conservador, que no concurre a las elecciones, es el único partido propiamente dicho establecido sobre fundamentos tribales.

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