El molino de Rato

Estoy leyendo estos días con curiosidad en El País Madrid la polémica existente entre los vecinos de Carabaña y el diputado del Partido Popular Rodrigo Rato, así como las manifestaciones que el pasado viernes 15 de abril realizara el presidente de la Confederación Hidrográfica del Tajo, Enrique Noaín, que para dar cobertura legal a la actuación del señor Rato se basa en la Ley de Aguas de 1879.El señor Noain debe saber que las leyes no son inmutables, varían y dependen muchas veces de la persona o grupo político que en ese momento esté gobernando para que lo que antes era delito ahora no lo sea.

Sin embargo, el Código Civil español, que data también del siglo pasado (aunque mediante sucesivas reformas ha ido adaptándose) establece en su artículo 3: "Las normas se interpretarán según el sentido propio de sus palabras, en relación con el contexto, los antecedentes históricos y legislativos y la realidad social del tiempo en que han de ser aplicadas... ". El artículo 7 del mismo texto legal añade: "Los derechos deberán ejercitarse conforme a las exigencias de la buena fe...", y "...la ley no ampara el abuso del derecho o el ejercicio antisocial del mismo". No nos parece coherente con lo anteriormente manifestado que se diga en el año 1994 que "el señor Rato puede secar el río cuando quiera".

Por último, flaco favor se hace el señor Rato a sí mismo y a su partido con esta actitud, más propia del feudalismo de la Edad Media que de una democracia, aunque sea incipiente como la española.-