"Yo quiero ser premio Nobel"

Mano a mano con este hombre de casi 20 años. En su habitación de hotel. Feria de Abril en Sevilla. Le recuerdo que un día de 1993 declaró sencillamente: "Prefiero la cantidad a la calidad". Y ahora le digo: "Yo pienso tan así que desearía ser ministro de Cultura sólo un minuto para dinamitar el ministerio...".Pregunta. ¿Me ayudaría a prender la mecha, al menos?

Respuesta. Para todo lo que sea más libertad, prendo la mecha.

P. También ha dicho: "Quien me la hace, me la paga". ¿Ha cobrado alguna?

R. Me han hecho muchas, no me han pagado, y espero.

P. ¿Sabe torear?

R. Sé quedarme quieto, que es lo difícil.

P. ¿Sabe amar?

R. Afortunadamente.

P. ¿Sabe cómo podría saber morir?

R. Perfectamente. Me gustaría morir en una cama durmiendo. No en la plaza.

P. ¿Se retira a los 25 años?

R. Y si puedo antes, mejor.

P. ¿Y si se arruina después?

R. Ganaré lo bastante y sabré invertir.

P. ¿Qué vicios tiene?

R. Me gusta probar, pero no viciarme.

P. ¿Le gustaría torear en una plaza llena de mujeres?

R. Me encantaría. La mujer en la plaza es un mirlo blanco.

P. ¿Le gustaría torear en una plaza llena de hombres?

R. También, para convencer.

P. ¿Cuánto cobraría por torear seis victorinos en una plaza vacía?

R. Tengo una cosa clara: no me pongo por amor al arte delante de un toro.

P. Y usted, Jesús (que es su nombre), ¿envidia algo de Jesús de Nazaret?

R. Jamás me compararía con un Dios tan grande.

P. ¿Qué es el Premio Nobel?

R. Algo excepcional.

P. ¿Por qué a un torero nunca lo hacen Nobel?

R. Yo quiero ser premio Nobel.

P. ¿Qué es un torero?

R. Es un pura sangre.

P. Yo, de estudiante, gritaba en las plazas: "Sangre, sangre". ¿Se me nota aún la cara de criminal?

R. El toreo es para los listos.

P. ¿Enterraría a un toro con honras fúnebres de jefe de Estado?

R. Lo haré con todo detalle, incluyendo los candelabros.

P. ¿Y con qué música de acompañamiento?

R. De Beethoven.

P. ¿Cuál es su primer recuerdo político?

R. Aquello de Tejero; al verle me pareció que tenía dos huevos.

P. ¿Qué recuerda de su última faena amorosa?

R. Fue como la primera vez.

P. ¿Les gusta más por torero, por guapo o por sus artes en privado?

R. El traje de luces es un perro-presa.

P. ¿Qué es un banquero?

R. El que maneja la pasta.

P. ¿Cuánto tiempo resiste sin hacer aguas?

R. Diez o doce horas. Pero cuando meo, meo de verdad.

P. ¿Qué piensa cuando le pega tiros a los conejos en su finca?

R. Mi intención es matar, no hacer sufrir.

P. ¿Su próxima profesión?

R. Me gustaría ser un aventurero. Y la soledad.

P. ¿Disfruta jugándose la vida?

R. Me gusta bailar con la muerte.

P. ¿Disfruta más haciendo el amor?

R. Si toreo bien es casi igual.

P. ¿Es el número uno?

R. Me falta consagrarme.

P. ¿Cuándo llegará eso?

R. De aquí a octubre.

P. Cuando le embiste usted al toro, ¿qué le ofrece?

R. El cuerpo.

P. Si entrevistara a un toro, ¿le preguntaría sobre su alma?

R. Yo le preguntaría qué piensa él de un torero.

P. ¿Y sobre sus amoríos?

R. Vale la pena ser bueno.

P. ¿Qué ve en, los ojos del toro?

R. Llego a ver la cornada.

P. ¿Quiere brindar un toro, desde aquí, a alguien?

R. A mi madre: 'Te brindo la muerte de este toro a ti, mamá, porque te quiero con locura. Y como tú no hay ninguna".