A vueltas con el volante
Polémica por la matriculación en España de coches con el mando a la derecha
¿Puede un súbdito de su majestad la reina Isabel II al instalarse en España matricular su automóvil con el volante a la derecha? El asunto enfrenta desde hace dos años a la Comisión Europea, por un lado, y al Ministerio español de Industria y a la Dirección General de Tráfico españoles, por otro, y puede acabar llevando a España ante el Tribunal de Justicia de la Comunidad Europea (TJCE).Algunos jubilados británicos residentes en España están en el origen del asunto. Con el propósito de colocar en sus automóviles matrículas españolas acudieron a principios de esta década a la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) de su lugar de residencia. Les indicaron que debían cambiar el volante a la izquierda, una operación muy costosa.
Los más beligerantes recurrieron a la Comisión Europea, y su Dirección General de Mercado Interior remitió, a su vez, el 10 de abril de 1992, una carta de queja a las autoridades españolas. En ella se hace eco de las protestas que ha recibido, y asegura además que sólo España plantea este problema en la CE, porque los demás Estados miembros no ponen esos reparos que obstaculizan la libre circulación de mercancías, es decir, que los españoles en el Reino Unido pueden, al parecer, mantener el volante a la izquierda.
La respuesta española a la Comisión, entregada a los tres meses, alega motivos de seguridad para denegar la matriculación, aunque recuerda que todo aquel británico o irlandés que viene de vacaciones a España puede circular libremente. con su coche.
Argumenta que los conductores británicos carecen en el continente de la visibilidad suficiente para adelantar, porque no ven si, a su vez, les están adelantando por detrás. Más grave aún, en las vías de un solo carril en cada dirección tampoco pueden discernir, cuando intentan adelantar, si un automóvil viene en sentido opuesto sin asomarse a la calzada contraria, con los riesgos que implica.
Retrovisor y faros
Industria y Tráfico propusieron solventar el primer problema obligando a colocar un retrovisor en el lado izquierdo del vehículo con el volante a la derecha cuyos faros deberán también ser modificados para que su haz de luz no deslumbre al. conductor que se cruce con él. El segundo problema no tiene, en cambio, solución si no se cambia el volante. Las autoridades españolas dieron, no obstante, en mayo de 1993 su brazo a torcer. Aceptaron, en principio, matricular turismos con el volante a la izquierda, pero no así camiones ni autocares.
"Los vehículos pesados plantean mayores problemas de seguridad viaria", explica José Estaire, subdirector general de Seguridad Industrial. "Si tienen el volante a la derecha, no les basta para adelantar con asomarse al carril contrario, sino que prácticamente casi lo tiene que invadir", añade.
Después de pensárselo un ano, la Comisión no se ha dado por satisfecha. El comisario encargado de velar por el cumplimiento del mercado único, el italiano Raniero Vanni d'Archirafi, envió el 17 de marzo una carta de emplazamiento, penúltimo paso antes de denunciar a España ante el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas. Asegura que la dimensión y el peso del camión resultan compensados con la posición más alta que tiene el conductor en la cabina y que amplía su campo de visión.
Además, concluye, "el respeto de las normas de circulación, la condición de las carreteras, la experiencia del conductor, etcétera, juegan en mayor medida en favor de la seguridad viaria que la posición del volante del vehículo (...)". Las autoridades españolas disponen ahora de dos meses para convencer a la Comisión.
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