El valor del Retiro

La persecución del espacio libre es que no para. Hemos visto añadir un nuevo carril de coches a costa de un parque, o urbanizar con estrechez rutas que, llegado el caso, habrá que ampliar a costa del margen público. Y eso no es todo.Siempre he discutido la instalación por largo periodo, con motivos festivo-sociales, de carpas enormes que bloqueaban y casi inutilizaban el paseo de coches del Retiro madrileño, concebido como esparcimiento protegido del ciclismo infantil y de andar por casa.

Para eso se convirtió en calle de parque lo que iba siendo calle de ciudad. Eso sí, para la rueda pacífica, no para que lo invada la gente paseante los domingos de invierno. Del parque del Retiro se abusa, y demos gracias a las históricas verjas, que mantienen sus bordes casi sin brechas que puedan diluirle con los años. Pero, tanto aquellas carpas como los muchos intrusos puntos de entretenimiento, pueden borrarse de un plumazo.Lo grave es la paulatina eliminación del espacio libre, su ocupación terminante. El apreciable cuadrilátero del Retiro vale hoy muchos miles de millones, pero el valor de su espacio libre es incalculable, y ese espacio se ha salvado no dejándose llevar por las corrientes.

No creo que a estas fechas deban añadirse construcciones dentro del Retiro. No se debería construir allí el monumento a la Virgen María de que se viene hablando, ni ningún otro. Y bien sabe Dios que no es afrenta alguna. La cuestión es de buena fe.

El dibujo de ese monumento, que hace unos días ponía Diario 16 en una ilustración, preocupa, pues no sólo aparece un monolito (original de 15 metros, pero aceptado de 9 metros, al parecet), sino que tiene una base amplia que ocupará lo suyo, y además los promotores lo usarán, al parecer, para reunión. Por todo lo cual, no parece un sencillo adorno de homenaje.

Hay una norma cierta, la de que sólo exagerando un poco (en apariencia) salvaremos el espacio libre, el que no está para construir. La Chopera parece un espacio vano, pero pertenece al poquito espacio libre que nos que da. Conservarlo allí donde escasea o conviene porque sí debiera ser un sentir bastante general.