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Costa va a lo práctico y elimina a Cherkasov

Ganar no es fácil para nadie en el circuito profesional de tenis. Pero mucho menos para los jugadores que tiñen de una forma artística sus actuaciones. Acostumbrados como están a abrillantar los puntos, los artistas buscan siempre la última pincelada, el toque de gracia. Y en muchas ocasiones, tanta filigrana les lleva a la derrota. Carlos Costa lo comprendió en el torneo portugués de Estoril, donde ganó su primer título del año. Y en el Godó volvió a ponerse el traje de obrero para eliminar por 6-4 y 64 al ruso Andréi Cherkasov, que está situado en el puesto 400 de la ATP.

Costa no está ya para brillos. Sabe que no rinde a su mejor nivel y que para ganar los encuentros debe luchar. Ayer, frente a Cherkasov, un gladiadorsin golpes decisivos, se olvidó del pincel, se deshizo de vestiduras pomposas y se dispuso a dejarse la piel en la pista. Acertó."Es evidente que no juego como en el 92", explicó después. "El año pasado perdí muchos partidos que tenía ganados por intentar siempre concluir de forma brillante las jugadas. Ahora he comprendido que si no tienes confianza lo' mejor que puedes hacer es tirar las bolas dentro de la pista e intentar ganar el partido corriendo".El más completo

Probablemente, Costa es el jugador español que tiene un tenis más completo. En 1992, cuando dio su gran salto internacional, le comentó a Manuel Orantes, que le entrenaba en ocasiones, que aún no se creía lo que estaba viviendo. Entonces, el ex campeón de Forest Hills le contestó: "Lo que yo no entiendo es cómo con tu juego has tardado tanto en llegar".

Su verdadera carrera comenzó a los 23 años, una edad en la que muchos jugadores ya han hecho lo más importante. Y estuvo llena de altibajos. Absolutamente nadie se atrevía a discutir su calidad, pero aún siendo mejor que muchos acababa perdiendo con ellos. Eso le ocurrió el año pasado en Madrid con Emilio Sánchez Vicario, ante Richard Krajicek en Roland Garros, frente a Paul Haarhuis en el punto decisivo de la Copa Davis contra Holanda, contra Magnus Gustafsson en Barcelona -le ganó 6-0 en el primer set- y de nuevo este año en la Copa Davis, frente a Stéfano Pescosolido.

Sin embargo, en Estoril algo cambió. "No fue allí exactarnente", confesó. "Hace ya algún tiempo que estoy en ello. Ante Pescosolido, por ejemplo, luché pero las cosas no me salieron. Eso no se produce de un día para otro. Pero creo que será positivo para mí".

Costa tuvo ayer un partido difícil ante Cherkasov. El primer set se le complicó, tras colocarse con 2-0. Y en el segundo desperdició una ventaja de 3-1. Pero nunca se rindió. Se olvidó de florituras y jugó a lo práctico. Y, aún así, fue lo suficientemente bueno para adjudicarse el triunfo.

Sergi Bruguera, cuarto jugador mundial, debutó ayer en el Godó y en una hora y 13 minutos deshizo todos los entuertos. Aunque le dolió el hombro y el dedo, se olvidó de todos estos mínimos problemas y ofreció una muestra de su mejor juego para eliminar al madrileño Francisco Clavet por un coñtundente 6-0, 6-1.Motivación de Bruguera

Bruguera -su debú no atrajo a mucho público en la pista central- estuvo motivado y jugó sin fisuras. Clavet, que le había ganado sólo una vez en 1991 en cinco confrontaciones, equivoco por completo la táctica. Intentó plantear su batalla desde el fondo de la pista. Y ahí, en aquel terreno la tenía perdida.

El Godó ha perdido ya a algunos de los jugadores por los que podía apostarse. Verdaderos especialistas de la tierra batida como Jim Courier (1º cabeza de serie), Andrél Medvedev (3º), Magnus Gustafsson (4º), Thomas Muster (5º), Karel Novacek (9º) o el mismo Javier Sánchez (11º).

"A mí no me sorprende haber sido eliminado en el Godó", confesó ayer el ucranio Andréi Medvedev, que arrastra una lesión en la rodilla derecha. "Lo que no entiendo muy bien es que hayan perdido Courier, Gustafsson y Muster". Medvedev, tercer cabeza de serie y reciente finalista en Estoril, perdió ante el haltiano Ronald Agenor por 6-7 (3-7), 6-3, 6-3. Muster (5º) fue derrotado por el italiano Andrea Gaudenzi por 6-0, 4-6, 6-3.Entre los españoles, Roberto Carretero fue eliminado por la promesa chilena Marcelo Rios, mejor junior el año pasado, por 7-6 (7-1), 7-6 (7-5), mientras que Francis Roig se colocaba en octavos de final al vencer al argentino Horacio de la Peña por 4-6, 7-5, 7-6 (7-4), al igual que Jordi Arrese, que ganó al marroquí El Aynaoui por 7-5 y 6-3, y Jordi Burillo, que se impuso al austríaco Gilbert Schaller por 6-4 y 6-2.

Baile de entrenadores

La relatividad de la importancia de los entrenadores queda patente en el circuito con » los cambios casi constantes que suelen producirse en los equipos. El pasado verano el estadounidense Andre Agassi y el alemán Boris Becker produjeron los divorcios más sonados del año cuando se separaron del estadounidense Nick Bolletieri y del rumano Ion Tiriac, respectivamente. Sin embargo, su separación no arregló las cosas para ninguno de los dos. Sus resultados siguieron siendo tan malos como antes.

En el tenis español el baile de entrenadores ha sido notable en los últimos meses. El grupo que dirige el colombiano Pato Álvarez se ha quedado reducido a Emilio Sánchez Vicario y a Sergio Casal, los dos únicos que permanecen fieles a su entrenador de toda la vida. Javier Sánchez, en cambio, abandonó el navío hace unas semanas, y ahora marca su propio rumbo. Viaja acompañado por su novia Isabel con la que tiene previsto contraer matrimonio el próximo mes de diciembre. Javier, no obstante, busca técnico. Jordi Burillo dejó el grupo el año pasado y volvió con David De Miguel, que ahora le acompaña a todos los torneos.

Alex Corretja, que ganó al estadounidense Jim Courier en la primera ronda, abandonó también el macrogrupo formado por los técnicos Manuel Orantes, Roberto Vizcaino y Eduardo Osta y decidió unirse a Pepo Clavet y a su hermano Francisco. Las cosas parecen irle bien. Alberto Berasategui, en cambio, se mantiene fiel a Javier Duarte, que le lleva ya desde que ambos formaban parte del Equipo Bimbo. A este grupo se unió Carlos Costa, tras dejar a Vizcaino y probar otras opciones.La última rotura se produjo la semana pasada en Estoril, cuando el madrileño Roberto Carretero creyó que su ciclo al lado de Lorenzo Fargas, que le había llevado al triunfo en la prueba junior de Roland Garros, había concluído. Carretero se quejó, en círculos privados, de que Fargas tenía poca experiencia en el circuito. Pero a Albert Costa, que sigue con él, no le va nada mal en su experiencia profesional.

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