La Bolsa de Madrid sufre su mayor caída en año y medio por el desplome de Wall Street
El mercado de valores español perdió ayer un 2,9%. El índice general de la Bolsa de Madrid quedó en el 310,18, debido a la desconfianza de los inversores ante la actual coyuntura económica. La situación de Wall Street, que llegó a caer hasta 82 puntos en la sesión de ayer y que ha perdido un 10% en las últimas jornadas, ha sido el detonante del retroceso de los mercados en el mundo. La causa es el temor a un repunte de la inflación en EE UU ante los últimos datos que avalan un fuerte crecimiento, lo que presiona al alza los tipos de interés. Al cierre, Nueva York perdió 42,62 puntos.
La última vez que la bolsa española perdió más de un 3% fue justo tras aprobarse en Francia el tratado de Maastricht con un margen mínimo a favor del sí en septiembre de 1992. Referencias anteriores son el golpe de Estado en Rusia, el 19 de agosto de 1991, con una caída del 8,25%. El minicrash de octubre de 1989 provocó un recorte del 5,29% en una sola sesión y hay que llegar hasta octubre de 1987, en el gran crash, para encontrarse varias caídas consecutivas de esta magnitud.En el momento de la apertura de Wall Street, el mercado español perdía un 2,77% y negociaba un total de 10.662 millones de pesetas efectivas en el mercado continuo, datos que para los analistas responden a una jornada de tránsito, ya que ayer el mercado madrileño era el único entre los importantes que abría sus puertas en Europa y, por tanto, el que debía hacerse cargo de la trascendencia del momento. Los nervios, en este caso, se impusieron ante la falta de referencias de las bolsas europeas. El volumen final de esta sesión fue de 17.220 millones de pesetas efectivas, el mínimo de este ejercicio.
La facilidad con que los problemas ajenos afectan al mercado español se debe a la situación de impasse que se ha abierto al considerarse cerrado el ciclo financiero que comenzó en octubre de 1992 y que tenía como base la caída de los tipos de interés en toda Europa. Los analistas coinciden desde hace algunas semanas en que el Banco de España dispone de muy poco margen para recortar aún más los tipos de interés, con lo que el relevo, para que la tendencia alcista pudiera seguir vigente, tendría que llegar de la mano de un incremento de los beneficios empresariales, es decir, de la salida de la recesión.
La Bolsa de Nueva York recogió ayer la inquietud por una nueva subida de los tipos de interés y llegó a desplomarse más de ochenta puntos en una jornada de nervios que, durante horas, hizo temer una caída de proporciones históricas. Al cierre, el índice Dow Jones logró recuperarse. La caída se quedó a la mitad: 42,61 y cerró a 3.593,35 puntos, un nuevo mínimo del año. El Gobierno trató de afrontar la situación con la advertencia de que un aumento de los tipos frenaría excesivamente el crecimiento actual e impediría la creación de empleos. El presidente Bill Clinton fue más allá al declarar que los tipos de interés no pueden subir porque ya están muy altos. "Creo que están muy altos y que deben bajar", afirmó en Cleveland (Ohio).
Las buenas noticias de la economía durante el largo fin de semana -el Viernes Santo no hubo actividad en Wall Street-, especialmente la espectacular cifra de 450.000 empleos creados en el mes de marzo, hizo subir la rentabilidad de los bonos del Tesoro a 30 años del 7,08% al 7,33%.
Al abrirse ayer la Bolsa de Nueva York, se produjo el efecto esperado: en media hora, el índice Dow Jones había bajado 65 puntos, y una hora después cayó 82 puntos. Ese descalabro se fue conteniendo posteriormente.
Esta caída es la sexta que se produce en los siete últimos días de actividad en Wall Street. Sólo el pasado jueves, después de una intervención del presidente Clinton garantizando el crecimiento sin inflación, los mercados cerraron ligeramente al alza. Las pérdidas acumuladas en todos esos días suponen ya una baja en tomo a los 300 puntos, lo que constituye alrededor del 10% del Dow Jones.
Este pesimista escenario bursátil coincide con una ofensiva por parte del Gobierno para evitar una nueva intervención de la Reserva Federal, el banco central norteamericano, que vigila atentamente las seña les de aumentos de precios. Esa intervención parecía inevitable después de que el viernes se anunciasen, no sólo la rápida creación de empleos, sino también un aumento del 1% en el consumo individual -0,3% más de los esperado- y un incremento de 1,3% de los ingresos personales, 0,5% por encima de lo pronosticado.
Mantener los tipos
Pese a esas cifras, la jefa del equipo de asesores económicos de la Casa Blanca, Laura Tyson, ha advertido que los tipos de interés, que subieron casi tres cuartos de punto el mes pasado, están ya en el nivel más alto que podrían alcanzar sin perjudicar el crecimiento. "De acuerdo a los datos que poseemos en la actualidad, el crecimiento en este año -previsto en torno al 3%- se verá perjudicado si lo tipos suben por encima del 7%".
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