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Una marcha zulú contra los comicios de Suráfrica degenera en un baño de sangre

Johanesburgo fue escenario ayer de una matanza que causó por lo menos 18 muertos en el curso de una manifestación de unos 10.000 zulúes que se oponían a las elecciones es Sudáfrica en abril. La marcha degeneró en un tiroteo junto a la sede del Congreso Nacional Africano (ANC). Otras 50 personas murieron el fin de semana en choques entre seguidores del ANC y del partido Inkatha, de mayoría zulú, en Natal.

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Las lanzas y las corazas están esparcidas por el suelo. Junto a ellas, sus propietarios, muertos y heridos, guerreros zulúes que, con el temerario alarde de sus antepasados que se enfrentaron a los ejércitos de la reina Victoria, se habían acercado excesivamente y con ánimo demasiado amenazante a la sede del Congreso Nacional Africano (ANC).Todas las víctimas son seguidores de Inkatha. Los cuerpos de cinco de ellos yacen sin vida en la calle King George, en la esquina donde se halla la entrada principal del edificio de 21 plantas del ANC. Tres seguidores de Inkatha se debaten entre la vida y la muerte. Otros 15 yacen en el suelo, aturdidos y sangrando, a la espera de que las ambulancias lleguen antes de que la multitud que empieza a concentrarse a su alrededor, los camaradas del ANC, se abalance sobre ellos.

Fue el suceso más sangriento de una jornada en la que la violencia política de los barrios periféricos llegó por primera vez al centro de Johanesburgo. Los simpatizantes de Inkatha habían decidido, esta vez, bajar por millares de sus ciudades dormitorios de los alrededores de la ciudad. Aunque súbditos leales al rey zulú, como Goodwill Zwelithini, habían venido para expresar su disconformidad con la decisión tomada por el soberano y el jefe de Inkatha, Mangosuthu Buthelezi, conjuntamente con el ANC y el Gobierno de Pretoria, de participar en las próximas elecciones.

Los guerreros zulúes llevaban armas y avanzaban protegidos por una multitud de lanzas en medio de los disparos y las explosiones que se oyeron durante varias horas, pero fueron ellos los que se llevaron la peor parte. Varios cuerpos yacían en algunas calles del centro. Las fuentes no coinciden sobre cómo cayeron estas víctimas. Algunos aseguran que fueron blanco de los francotiradores del ANC. Otros acusan a la policía. Lo único claro, aparentemente, es lo que pasó frente al cuartel general del ANC, donde fueron los guardias de seguridad de esta organización los que dispararon contra los manifestantes.

Diez minutos después del enfrentamiento ante el edificio, miembros de los servicios de seguridad del ANC estaban desplegados ante la puerta de entrada, armados con fusiles automáticos y pistolas, y acompañados por miembros de la policía con chalecos antibalas y soldados. Fuentes de la ANC, sin embargo, acusan a los zulúes de haber provocado los choques. "Han disparado ellos primero contra nosotros", aseguran. "Había manifestantes con armas automáticas. Nuestra gente no podía quedarse sin moverse simplemente mirando cómo atacaban a nuestra sede".

Mientras tanto, vehículos del Ejército y ambulancias con sus sirenas -los únicos vehículos que todavía se movían- patrullaban por toda la ciudad, sobrevolada por helicópteros de la policía. Todas las tiendas se encontraban cerradas. Pequeños grupos de simpatizantes de Inkatha vagabundeaban por las calles, aparentemente sin instrucciones claras de parte de sus líderes. De repente aparecía en una esquina algún grupo de guerreros zulúes con sus lanzas, simulando un ataque como en un escenario de teatro.

En este ambiente de guerra civil, el presidente Frederik de Klerk, el líder del ANC Nelson Mandela, Mangosuthu Buthelezi y Goodwill Zwelithini anunciaron anoche que se reunirán, por primera vez, en el transcurso de esta semana, probablemente el miércoles y el jueves próximos.

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