El PP privatiza un palacete en la Quinta Los Molinos tras un año de abandono
La Casita del Reloj era blanca y azul; luego fue rosa, como las flores que plantaban los alumnos de la Escuela Municipal de Jardinería. Hace casi un año que el palacete, en el parque Quinta Los Molinos, se vuelve gris, porque el Ayuntamiento decidió cerrar la escuela y nadie vela ya por los invernaderos ni por los bancales de flores. Ahora, el equipo de gobierno del PP planea ceder la casita a una empresa privada a cambio de que arregle el parque.
El Ayuntamiento pretende aprobar en el próximo pleno el pliego de condiciones p ara sacar a concurso la cesión de la Casita del Reloj. La empresa que gane tendrá que eliminar algunos desconchados, pero a cambio disfrutará de un entorno privilegiado para programar actividades culturales y de ocio. Los responsables municipales arguyen que no se permitirá instalar allí una discoteca o terraza, pero a los paseantes del parque les revolotea la mosca detrás de la oreja. "Empezarán por montar una cafetería y terminarán con un bar de copas", dice una señora.Al portavoz del grupo municipal de IU tampoco le deja impasible lo que considera la privatización del parque. "Sólo un negocio extraordinariamente perjudicial para el parque podría obtener los 400 millones necesarios para rehabilitar todo el recinto", asegura Herrera.
Desde la Concejalía de Personal y Patrimonio no han aclarado de momento si el trato incluye la rehabilitación del palacio grande, donde vivía el marqués de Suances, situado a unos cien metros de la Casa del Reloj. La concejal de IU Begoña San José recuerda que en 1992 se adjudicó la rehabilitación, pero un año después el Ayuntamiento se echó atrás en el proyecto y tuvo que indemnizar a la empresa constructora.
El palacio ha visto durante los, últimos 10 años cómo sus puertas y ventanas iban dejando que el aire y los gamberros penetrasen en su interior. "Había cientos de libros; ¿dónde están ahora?", se pregunta una paseante.
El resto del parque donde vivían los marqueses de Suances ha sufrido sucesivas dentelladas y las urbanizaciones han ido ganando terreno a los almendros.
La asociación Quinta de los Molinos, que regentaba la Escuela de Jardinería ubicada en dicho parque, se reunió el 8 de febrero con la concejal de Medio Ambiente, Esperanza Aguirre, para saber si podían continuar sus actividades en ese recinto de la forma acordada: autofinanciándose, mientras el Ayuntamiento buscaba cómo aportar 10 millones para obras. Aguirre también les propuso que se encargasen del mantenimiento y vgilancia del parque.
La asociación fue desalojada de los locales el pasado verano. En la reunión de febrero, según la ex directora de la Escuela de Jardinería, Cayetana Galbete, Aguirre les facilitó unas llaves de la casa. Galbete asegura que cuando el 9 de febrero fueron a abrir la puerta con esas llaves comprobaron que la cerradura había sido cambiada. Cuando al día siguiente pidieron explicaciones a Isaac Ramos, concejal de San Blas, éste les dijo que el recinto estaba alquilado a una empresa de hostelería.
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