337 extranjeros presos pidieron ser expulsados en 1993 y no lo consiguieron

Trescientos treinta y siete extranjeros presos en cárceles españolas pidieron, durante los nueve primeros meses del año pasado, ser expulsados de España o cumplir las penas en sus países de origen. Pero no lo consiguieron por "disfunciones" de la propia Administración, según reconoce Asuntos Penitenciarios.Durante los últimos días, el fiscal general del Estado, Eligio Hernández, ha insistido en la conveniencia de desalojar de las cárceles españolas a unos 3.000 extranjeros. Según Hernández, la Ley de Extranjería permite que a estas personas se les pueda conmutar la pena de prisión menor por la expulsión.

Hernández y otros altos cargos se han quejado de que los extranjeros prefieren recurrir a la estratagema de cometer pequeños delitos y ser encausados judicialmente, antes que ser echados de España. Sin embargo, los datos de la Secretaría de Estado de Asuntos Penitenciarios demuestran que los extranjeros no son los únicos culpables de esta situación, sino que también es imputable, en buena parte, al pésimo funcionamiento de la propia Administración.

Durante los nueve primeros meses de 1993, 336 reclusos solicitaron que se les conmutara su condena por la salida de nuestro territorio nacional, pero sólo lo consiguieron 34. Otros 80 presos europeos pidieron poder cumplirlas penas en sus respectivos países de origen, según lo establecido en el Convenio de Estrasburgo, pero sólo lo lograron 45. España incumplió así las recomendaciones del Consejo de Ministros del Consejo de Europa del 22 de septiembre de 1988. Justicia ha anunciado que pondrá en marcha un servicio de Extranjería "para impulsar el programa de excarcelación y expulsión".