De médico a asesino
Baruch Goldstein,el autor de la matanza, era "un hombre tranquilo" que murió golpeado por la multitud
Nunca se sabrá si a Baruch Goldstein se le ocurrió algún día que quizá podría cambiar el curso de la historia. El único autor identificado de la matanza de palestinos ayer en Hebrón no hablaba de esas cosas y, que se sepa, no dejó ningún mensaje antes de abandonar su casa del asentamiento de Kiryat Arba y trasladarse hasta la mezquita de Hebrón para perpetrar la carnicería. Vecinos y amigos lo recordaban ayer simplemente como "un hombre tranquilo y un buen médico", dedicado a su profesión.Goldstein, de 42 años, nació en el barrio neoyorquino del Bronx y emigró a Israel hace 15 años, tras graduarse en el colegio de medicina Albert Einstein, en Brooklyn. Descendiente de una familia judía religiosa, abrazó desde su juventud la causa violenta y racista del rabino Meir Kahane, el fundador del fanático Movimiento Kach, asesinado por un pistolero árabe duranto una visita a Nueva York en diciembre de 1990.
Kahane sigue siendo el campeón de los judíos para quienes el único árabe bueno es el árabe muerto. Ayer, pocas horas después de la matanza, sus seguidores glorificaron la matanza en un comunicado en el que Baruch Goldstein era declarado "mártir caído santificando el nombre de Dios en Hebrón".
Goldstein fue candidato del Kach en elecciones locales de Kiryat Arba, donde vivía con su esposa y cuatro hijos. También sirvió en el Ejército, donde obtuvo el grado de mayor. Política aparte, su vida en el servicio de la reserva estaba plenamente dedicada a la medicina y, a decir de sus amigos, fue su contacto con las víctimas de la violencia árabe lo que radicalizó aún mas sus sentimientos racistas. Noam Amón, un colono de Hebrón, lo recordaba ayer como "un hombre respetable que salvó muchas vidas judías, un hombre tranquilo". Su vida cambió aparentemente a raíz del asesinato de uno de sus vecinos, Mordechai Lapid, y del hijo de éste, Shalom, a manos de extremistas musulmanes, en noviembre del año pasado. "Ese incidente afectó su equilibrio emocional", declaró Arnón a Radio Israel.
David Waldman, otro colono de Kiryat Arba, no sólo recordaba ayer a Baruch Goldstein como "uno de los mejores médicos de urgencia", sino como un hombre afable con el que había compartido unas copas la noche del jueves, durante una fiesta en ocasión del festival judío de Purím. "Tuvimos una reunión en casa y él estaba tranquilo. Era un hombre tranquilo, pero aparentemente la rutina, su contacto con la sangre de la violencia tuvo su efecto. Nosotros leemos acerca de la violencia en los periódicos. Él tenía que lidiar con ella", dijo Waldman en otra entrevista.
La forma exacta en que Goldstein halló la muerte estuvo envuelta en la confusión durante varias horas. Según una primera versión, el "médico que se convirtió en asesino", como lo describió la radio, se reservó una bala para suicidarse tras los 15 minutos de infierno. Un portavoz del Ejército israelí desmintió un informe según el cual Goldstein escapó y fue detenido por los mismos soldados que le permitieron entrar en la mezquita.
Sin embargo, la policía israelí confirmó a primeras horas de la noche de ayer que Baruch Goldstein había muerto por la paliza y los golpes que le propinó la multitud de palestinos que sobrevivió a su horrible matanza.
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