El acuerdo definitivo entre AGF y Banesto reduce a más de la mitad el valor de La Unión y el Fénix
El nuevo acuerdo suscrito entre Banesto y Assurances Générales de France (AGF) sobre La Unión y el Fénix reduce drásticamente a más de la mitad el valor de la aseguradora española. El pacto detalla la fusión por, absorción de AGF Seguros, filial de AGF, por La Unión y el Fénix, con un canje de siete acciones de ésta por una de aquélla. El acuerdo previo fijaba un canje de tres por una. El resto del acuerdo entre AGF y Banesto, que aún no ha sido sellado definitivamente, incluye el desmontaje de todas las participaciones cruzadas y la casi segura salida de la entidad financiera del Fénix.
El espectacular descenso de la valoración de la histórica aseguradora española se explica por los desfases patrimoniales descubiertos después de la intervención de la Dirección General de Seguros, efectuada el 29 de diciembre pasado. La inspecciones previas realizadas por el órgano de control descubrieron unas pérdidas ocultas de 12.000 millones de pesetas en 1992, que se verán ampliamente superadas cuando se cierre el balance correspondiente a 1993.A la vista de este deterioro, la dirección de AGF propuso a los nuevos gestores de Banesto el pacto al que habían llegado con el equipo del entonces presidente de La Unión y el Fénix, Mario Conde. Ese acuerdo fijaba un canje de tres por uno, con lo que Banesto quedaba con un 14% de la aseguradora.
Una vez realizada la fusión por absorción con el nuevo canje -siete por uno-, Banesto quedará con el 8% del capital de La Unión y el Fénix, en tanto que AGF controlará el 75%. Fuentes próximas a la operación señalan que una vez cerrada la fusión, Banesto saldrá del capital de La Unión y el Fénix.
Fuentes oficiales de la entidad financiera se muestran más cautelosas a la hora de pronunciarse sobre el futuro de esa participación. "De momento, mantendremos nuestra posición, aunque existe la posibilidad de que, en un periodo más o menos largo, adoptemos otra decisión", dicen. De hecho, en el pacto con los franceses existe una cláusula de salida de La Unión y el Fénix.
Al margen de la fusión por absorción, el acuerdo entre AGF y Banesto también redefine las participaciones cruzadas de ambas entidades y sus filiales, así como la valoración de determinados activos inmobiliarios. El pacto, que aún no está cerrado definitivamente, consiste en devolver a su propietario original las participaciones intercambiadas previamente.
En estos momentos, AGF y La Unión y el Fénix tienen el 1,4% y el 1,9% de Banesto, respectivamente. Por su parte, el banco español posee el 1,2% de AGF, cuya venta le supondrá al Español de Crédito unas plusvalías próximas a los 3.000 millones de pesetas.
Otro de los caballos de batalla la operación es la valoración de algunos activos inmobiliarios, especialmente de los que participaron en operaciones cruzadas de Banesto: un edificio de la calle de Fernando el Santo de Madrid y la empresa Costa Canaria Veneguera.
Finalmente, el acuerdo recoge que la Corporación Industrial Banesto cede a La Unión y el Fénix el edificio de Fernando el Santo y Banesto compensa con créditos por valor de unos 6.000 millones de pesetas el agujero creado en Costa Canaria Veneguera. Fuentes de ambas compañías aseguraron que "el intercambio es equilibrado para las dos partes".
Este amplio acuerdo provocó que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), presidida por Luis Carlos Croissier, suspendiera ayer la cotización de La Unión y el Fénix.
El presidente de Banesto, Alfredo Sáenz, explicó ayer a los responsables del banco en Andalucía que sus previsiones son que en 1997 Banesto puede volver a repartir dividendo entre sus accionistas. Reseñó, además, que el valor contable de la acción, después de la ampliación de capital, puede fijarse ligeramente por encima de las 500 pesetas. Ello, sin embargo, no debe interpretarse como que las 500 pesetas deben ser el precio en el mercado, ya que en Bolsa se tienen en cuenta, además del precio contable, las expectativas generadas para el futuro.
La Mesa del Congreso de los Diputados, acordó ayer que se constituya una comisión especial, no permanente, para el seguimiento de la situación en Banesto, informa Camilo Valdecantos. José Beviá, vicepresidente primero del Congreso por el grupo socialista y miembro de la Mesa, informó que se ha decidido crear la comisión con un acuerdo básico entre socialistas y populares y se mostró convencido de que los demás grupos no opondrán reparos a la fórmula.
En opinión de Beviá, el hecho de que sea una comisión y no una ponencia, como algún grupo había solicitado, permite que las sesiones sean públicas y abiertas a la prensa.
La comisión de seguimiento de Banesto estará integrada por tres miembros del grupo socialista y tres del Grupo Popular. Izquierda Unida y CiU tendrán, cada uno, dos representantes. PNV, Coalición Canaria y el Grupo Mixto contarán con un miembro cada uno en la comisión.
Mientras tanto, los socialistas portugueses obtuvieron ayer el respaldo de los demás partidos de la oposición para investigar la compra del Banco Totta y Açores por parte de Banesto.
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