Juan Vilarín, periodista

El periodista y escritor Juan Villarín (calle del Sombrerete, barrio de Lavapiés, Madrid, 1943) falleció ayer en su ciudad natal, tras un largo proceso canceroso que desde hace años le mantenía apartado de la crónica diaria, pero no de un quehacer que le seguía impulsando a retratar con la pluma una sociedad, la madrileña, que le irritaba. Amaba su historia, criticaba su presente. Comenzó a trabajar en el diario Madrid, y su último trabajo, del que me hablé el pasado vera no, era una historia de la brujería en el Madrid medieval. En me dio,. sus relatos de sucesos en EL PAÍS, de cuya primera redacción formó parte, los semanarios Opinión e Interviú y Diario 16. Pero su pasión-afición siempre fue Madrid y sus gentes. Escribió más de media docena de libros dedicados a Madrid y al madrileñismo (El Madrid de Primo de Rivera, Diccionario de argot, El Madrid del cuplé), con la convicción de que Madrid es sólo un reflejo de España.

Se adelantó a la cinematografía posfranquista con su historia sobre La España de los quinquis; dedicó buena parte de su tiempo a analizar la transición antes de la transición en su obra El año de Arias, y nos regaló una visión luminosa en El último año de Franco.

Se inventó su personaje: socarrón, rápido, huraño, con un sentido del humor que no todos aprobaban y que en más de una ocasión le costó disgustos. Pero siempre fue fiel al papel del personaje que para sí mismo había elegido. Nunca le vi llevar capa ni tocar el organillo. No se vistió de Felipe, pero no faltaba en citas callejeras de la Paloma o San Cayetano. Lavapiés, el barrio del que siempre se sintió profunda mente orgulloso, fue su oficina, y Madrid, su parapeto. Al final, las palabras le supieron a poco y se puso a pintar el Madrid que sólo él conocía.