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EIs Joglars queman sus últimas noches en Madrid

Bailes nocturnos e interminables cenas animan los descansos de la compañía

Con la tranquilidad de tener hasta el último rincón del teatro lleno, la compañía de teatro catalana Els Joglars ha paseado su éxito por la noche madrileña. Bailes nocturnos al ritmo de cha-cha-cha e interminables cenas y comidas han animado los descansos entre representaciones. Este fín de semana subirán por última vez sobre el escenario del Albéniz, el teatro que desdehace años alberga sus obras. El director de la compañía, Albert Boadella, y sus 13 actores se despedirán de una ciudad y un público que les hace sentir, según ellos, "como en casa".

Son muchos los que creen que el deslenguado Boadella es un bohemio de tomo y lomo que recorre la noche urbana provocando todo tipo de polémicas con sus comportamientos extemporáneos, mientras que sus actores son unos angelitos que llevan una vida monacal sumidos en una total disciplina.Pero todo es apariencia. Boadella es el típico padre de familia, de costumbres conservadoras, con alimentación y horarios neuróticamente equilibrados y una vida de recogimiento hogareño digna de monja de clausura, mientras que sus retoños son unos recalcitrantes noctámbulos que van cerrando garitos por la ciudad al tiempo que bailan, ligan, se bufonean de la noche y si se tercia hacen el gamberro.

Animales de costumbres

Una de las pocas cosas que les unen con con su provocador director es que son animales de costumbres fijas. Los componentes de Els Joglars siempre se alojan en el barrio de Malasaña; toman un aperitivo en las bodegas de la Ardosa; cenan en Fidel, casa de comidas caseras cercana a la calle del Pez, con la que tienen especial querencia; las copas caen en el Swing -conocido por sus nombres anteriores de Elígeme y Havana-, donde, dada su querencia por el local, quieren instalar una placa que rece Local recomendado por El Joglars. Los más recalcitrantes bohemios del grupo amanecen en el Lady Pepa.

En el viacrucis nocturno a veces se les unen amigos madrileños tan adictos a la noche como ellos. Cada día, cuando cae el telón en el teatro Albéniz, ellos salen a quemar la noche madrileña. No siempre van los 13 miembros de la compañía. Begoña Alberdi, la mas formalita y la que menos sale, lleva la dura vida de las sopranos de ópera -el día que se quemó el Liceo actuó con brazalete negro- Pilar Sáenz también es dé costumbres sosegadas, aunque cuando es menester se apunta a todo. Joan Gallemí, incorporado recientemente al grupo como barítono, les ha cogido el ritmo enseguida. La fuerza de choque de las copas la forman Xevi Vilar, Bernat Jansá, Antonio Pinós y Jordi Costa. Xevi es, sin lugar a dudas, el más bailón. Bernat, benjamín del grupo, es a sus 20 años un alumno aventajado y ya se atreve a declarar: "La creme de Joglars ya está muy castigada y no aguantan tanto".

En la retaguardia tienen a los hermanos Fontseré (Ramón y Josep Mafia)'auténticós corredores de fondo de la noche y Jesús Agelet, el decano de Els Joglars, apodado tiet (tío en, catalán) por aquello de ser una tradición en la familia teatral de este grupo. La pasada noche tiet celebró su 40 cumpleaños y un día y sus compañeros y él, por primera vez en su vida, se pusieran corbata para celebrar el acontecimiento.

El Nacional, teatro Albéniz. Sábado y domingo, a las 20.30, y domingo, a las 19.30.

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