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El poder de Maxwell supera su propia muerte

El musical sobre el magnate de la prensa británica no se estrena por mandato judicial

El musical sobre la vida y muerte del magnate de prensa británico Robert Maxwell, cuyo preestreno estaba previsto en Londres para el viernes, tuvo esta semana un final prematuro. A instancias del fiscal general del Estado, un juez del alto tribunal de Londres decretó a última hora del lunes que la puesta en escena de Maxwell, la revista musical representaba "`un riesgo sustancial de perjudicar seriamente" el juicio pendiente contra los dos hijos del difunto y desacreditado magnate. Maxwell falleció el 5 de noviembre de 1991 en aguas canarias mientras navegaba en su yate Lady Ghislaine.Evan Steadman, el empresario que ha invertido unos 200 millones de pesetas (1,1 millones de libras) en su proyecto sobre el mayor "`estafador y charlatán del siglo", ha renunciado a apelar contra una medida judicial sin precedentes en el Reino Unido. "No hay forma de contraatacar el mandato. Las razones para evitar el estreno son muy definitivas. Tendremos que esperar a que concluya el juicio", aseguró Steadman.

De momento, sin una fecha prevista para el inicio de los trámites legales contra los hijos del magnate, Kevin e lan Maxwell, acusados de fraude, la puesta en escena de un musical que prometía "entretener", además de descubrir la identidad del asesino de Maxwell, se retrasará dos años por lo menos.

La publicidad que hasta esta semana ayudaba en las preventas se tornó de súbito contra el empresario y único promotor del musical. "El capitán Bob ha vuelto"` que anunciaban los carteles se confirmó realmente con el mandato de cierre. Su retorno, más que para favorecer la vista contra sus dos hijos, parece una revancha para malograr una inversión que, según el propio Steadman, estaba financiada con dinero de Maxwell.

En 1989, Steadman vendió su empresa a Maxwell por una " ridícula cantidad de dinero" -"`3.000 millones de pesetas, cuando su valor real rondaba los 950 millones" asegura el empresario- y se convirtió en presidente de una división del imperio de Maxwell. Merced a su nombramiento, Steadrnan conoció personalmente a Maxwell, fuente de inspiración de su frustrado proyecto que iba a ser contando con el soporte musical de 14 melodías de Arthur Sullivan.

Tras la muerte de Maxwell frente a las islas Canarias, en 1991, Steadinan se concentró en la puesta en marcha de su revista musical. "Es una tragicomedia que ofrece una imagen compleja de un hombre monstruoso que era el modelo del megalómano moderno", señalan las notas de producción.

Después de diversas revisiones del guión original, dos cambios de directores y artistas principales, más un intento frustrado por detener el musical por parte de la familia Maxwell, el proyecto entró esta semana en su recta final. El telón, sin embargo, no se alzará todavía.

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