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Enésimo accidente con grúa en una obra de Madrid

Octavio Cabezas

Una grúa de más de 20 metros de altura y 11 toneladas de peso se desplomó ayer sobre tres turismos aparcados en una calle del polígono industrial Vallecas Villa. En la caída provocó desperfectos y rotura de lunas en las viviendas. Uno de los coches pertenecía a José Tomás Camacho, de 20 años, que estuvo a punto de resultar herido en el accidente. Eran las nueve de la mañana y acababa de incorporarse a su trabajo -es portero del edificio de oficinas de la calle I, donde ocurrieron los hechos- cuando vio que se le venía encima la grúa de una obra cercana. Por segundos, pudo refugiarse en el garaje de su edificio.Éste es el quinto accidente provocado por fallos en maquinaria de obras que se produce en Madrid en los últimos dos años. Un matrimonio murió el 24 de marzo de 1992 al empotrarse su coche contra los brazos de una grúa que ocupaba dos de los tres carriles de una de las calzadas de la calle de Sagasta. Tres meses más tarde, una grúa tipo oruga de 52 toneladas se deslizó por la calle de las Magnolias y fue a estrellarse contra cinco turismos y la fachada de una casa. El pasado 3 de diciembre, una pieza de 40 toneladas desprendida de una máquina de la obra del túnel de la cuesta de San Vicente sepultó en su vehículo a un hombre de 24 años. En el mismo lugar se desprendió una barra perforadora desde cuatro metros de altura hace una semana, sin víctimas.

En el accidente de ayer tampoco resultó herida persona alguna, aunque por los pelos. "Yo estaba a punto de meterme en el coche", comentaba Rosa Camacho, de 19 años, hermana de José Tomás y que trabaja en un restaurante cercano, "cuando me llamaron para no sé qué. Se llega a caer dos minutos después y no lo cuento". Su vehículo -un Renault 18 GTD matrícula M-1455-FK de color verde claro- quedó con el techo y el -costado derecho abollados, al igual que un Ford Fiesta y un Citroën BX estacionados a su lado.

Fallo del chivato

Según José Tomás, "los mismos trabajadores reconocen que el accidente pudo deberse a un exceso de carga". El aparato -una grúa torre desmontable construida en 1988 por la empresa navarra Comansa y que puede levantar hasta 1.500 kilos- está dotado de un dispositivo limitador de carga que bloquea el motor si hay sobrepeso. Pero, y también según la versión de los albañiles, el frío de la noche anterior pudo provocar que ese dispositivo no funcionara. Juan Carlos Bajo, de Novotec Consultores (empresa privada de inspección), opina que "puede ser que el frío influyera en el fallo del limitador, pero no debería". "Estas máquinas están construidas para funcionar en un amplio espectro de temperaturas, y estos días no ha hecho un frío excesivo", concluye.Este diario intentó contactar ayer, sin éxito, con la constructora TCH, propietaria de la grúa. Según la ley, el aparato debía haber sido revisado en 1992 (a los cuatro años de su fabricación).

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