El Joventut perdió dos prórrogas
El Joventut convirtió un mero partido de baloncesto en un jeroglífico egipcio. No supo como descifrarlo y quedó expuesto a una providencia que el Panathinaikos le negó. Los griegos planteaban ciertas incógnitas pero los badaloneses toparon con problemas imprevistos en la pizarra y, por encima de todo, con su propia tozudez al elegir el triple como arma ofensiva habitual.Desesperados con la sequía de sus hombres más altos, con la insospechada inopia de Ferran y Thompson y la nulidad ofensiva de Morales, los hombres del Joventut cedieron un triunfo que les pudo catapultar a la lucha por uno de los dos primeros puestos de su grupo. La derrota les hará sudar para pasar a la siguiente fase.
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