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Reportaje:

Confesiones de un vampiro

En la madrileña sala Olimpia hay espejos que permiten reflejarse a los vampiros. Cada tarde, Nancho Novo permanece una hora frente a uno de ellos y éste le devuelve, paso a paso, la minuciosa sesión de maquillaje que le convierte en el Nosferatu Pitiflauti escrito por Francisco Nieva en su Aquelarre y noche roja de Nosferatu, dirigido por Guillermo Heras.Quien convierte a Nancho Novo en el más temible de los mamíferos volátiles es Laura Vargas, según el diseño de Java González, especialista en que los rostros parezcan lo que no son. "Es un maquillaje muy básico, envejecedor y basado en el personaje de Murnau", explica, Laura, "mi récord está en 45 minutos. Menos, imposible".

Para empezar, el actor no debe afeitarse bien el rostro, apurando las patillas, a la altura de la sien. El actor todavía recuerda la primera calota (funda de cabeza en el lenguaje de la caracterización). Látex y fibra de vidrio capaz de derretirle hasta las neuronas. Una calurosa tarde tras sudar hasta rozar la lipotimia, decidió sacrifícar su propio pelo rapándose al cero la cabeza, con tal de perder de vista aquel gorrito. Al reponer la función, y por respeto al recién nacido pelo del actor, el equipo diseñó una calota de gatlan, material compatible con la transpiración: "Parezco un nadador búlgaro", dice.

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Una levita oscura y un pequeño almohadón, convierten al actor en un Drácula impecable, con su misma estatura gibosa y aspecto aterrador. "He mezclado al vampiro de Murnau con la forma de andar del cine mudo y los gestos más duros de Iggy Pop. Mandé a mi madre un par de fotos y tuvieron que ponerlas de¡ revés porque a mi sobrina le asustaban. Una niña me llegó a preguntar: "¿La nariz también es postiza?". Lo peor, o lo mejor, es que Nancho Novo cree en los vampiros y, como ellos, es un tipo insonme y soñador. Posee incluso un flamante ataúd, regalo de un amigo para un antiguo montaje teatral, que algún día piensa instalar en medio del salón, cercarlo de cirios y convertir el féretro en un nidito de amor.

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