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TRAS LA HUELGA DEL 27-E

Miles de personas remachan la huelga en la Puerta del Sol

En la Puerta del Sol de Madrid, el mismo lugar donde los sindicalistas dieron el pistoletazo de salida para la huelga general, se escuchó ayer la última protesta popular contra la reforma laboral del Gobierno. Varias decenas de miles de manifestantes -250.000 según los convocantes y 65.000 a juicio de la policía- dejaron sentir su rechazo a las medidas, y los sindicalistas lanzaron un nuevo llamamiento al diálogo dirigido al Ejecutivo y a los partidos. Los líderes de CC OO y UGT, Antonio Gutiérrez y Nicolás Redondo, pidieron al Gobierno que "evite más crispación y no permanezca sordo y ciego". A los partidos que han apoyado la reforma les advirtieron que "no se burlen" de las protestas de los trabajadores.

Horas antes de saltar al asfalto, la ejecutiva de CC OO hizo un análisis de urgencia sobre la reacción del Consejo de Ministros a la huelga. Los sindicalistas aseguraron no sentirse nada sor prendidos por las declaraciones del ministro de la Presidencia, Alfredo Pérez Rubalcaba. "No esperábamos más de la primera reacción en caliente", según palabras de José María Fidalgo, se cretario de acción institucional de CC OO.El máximo dirigente del sindicato, Antonio Gutiérrez, dijo ante los manifestantes que ya han obtenido el primer fruto del paro general: la aceptación por parte del presidente del Gobierno de una próxima reunión, de la que espera que surja una negociación real y se evite "ese atropello contra los derechos individuales y colectivos de los traba jadores". Con una gran ronque ra, centró sus críticas en el presidente de la patronal CEOE, José María Cuevas, y en el presidente de la Generalitat catalana, Jordi Pujol, "porque han perdido e trasero para pedir otra reunión a Felipe González y quieren condicionar el éxito de la huelga que ellos niegan".

Nicolás Redondo emplazó al Ejecutivo a que "gobierne para el conjunto de la sociedad" y que reoriente las medidas laborales. Puso dos ejemplos: "El despido libre para el 40% de las plantillas en el periodo de un año y aspectos del contrato de aprendizaje, como que una mujer dé a luz y no cobre ni un duro. ¿Dónde se ha visto tamaño desquicio?".

El líder ugetista vaticina que la huelga general del jueves "no se la puede quitar el Gobierno de encima así como así". Si no negocia, prevé que ello "tendrá incidencia en las próximas elecciones y restará credibilidad a quienes gobiernan como la derecha llamándose de izquierdas". Redondo cree que las opciones son únicamente dos: "La salida progresista o la salida reaccionaria y ésta se encontrará enfrente con el movimiento sindical". Y cerró el mitin de la Puerta del Sol asegurando que "el mensaje de esta huelga no es debilitar a la izquierda. Es buscar una salida progresista a la crisis".

Los manifestantes, con pancartas que reclamaban "más empleo y solidaridad" y "menos flexibilidad laboral", dejaban mostrar el cansancio y el agotamiento del día anterior. Pero la determinación para lograr sentar al Gobierno en la mesa de diálogo les empujaba a subir la cuesta que va de la plaza de Cibeles a la Puerta del Sol.

Elena, una trabajadora de 27 años con contrato temporal, no pensaba parar porque entendía que "decir un sí a la huelga supone decir un no a tu trabajo", pero la labor de los piquetes "sirvió de excusa de cara al jefe para cerrar la empresa el 27-E". Ayer participó en la marcha, pero su afiliación a la CGT la va a aplazar hasta tener una situación laboral más segura. Esther García, afiliada a UGT, comentaba que algunos medios de comunicación les han acusado "de hacer sindicalismo del siglo XIX, pero como, las medidas que el Gobierno toma con los trabajadores son de ese siglo, estamos a la misma altura".

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Agresiones a los periodistas

La tarde fue tensa y fría para todos, y especialmente desagradable para los periodistas de Antena 3 Radio y Antena 3 TV, Cadena SER, Canal +, TVE, Cope, Onda Cero y Zeta. Sufrieron los ataques de algunos manifestantes que sólo supieron expresar con golpes, empujones y destrozos en los equipos su descontento con el tratamiento informativo de la huelga general del 27-E. Fue tal la agresividad que, tras el ataque a la unidad móvil de Antena 3 Radio, los dirigentes de CC OO Salce Elvira y Agustín Moreno tuvieron que intervenir para impedir el lichamiento de los informadores.Cámaras de televisión rotas, patadas a fotógrafos y múltiples insultos contribuyeron a enloquecer una convocatoria que fue un éxito de asistencia, pero un desastre en cuanto al comportamiento de un grupo de incontrolados. El responsable de prensa de CC OO, Ángel Campos, se quedó ronco de tanto pedir calma y respeto hacia los periodistas.

La tensión estaba en el ambiente. La cabeza de la manifestación llegó sana y salva por los pelos a un escenario en el que Nicolás Redondo y Antonio Gutiérrez pidieron disculpas por el comportamiento de sus afiliados con los informadores.

Los cooperativistas de PSV también aportaron su grano de arena al nerviosismo sindical. Un cordón policial les separaba de los manifestantes. Uno de ellos, José Sánchez Cuenca, dirigente del metal de UGT, quiso acercarse a ellos, pero la policía se lo impidió propinándole un fuerte golpe en la cabeza.

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